Las puertas del año electoral que comienza no están abiertas de par en par para Donald Trump a pesar de los sondeos actuales. Por de pronto, una rival en el Partido Republicano empieza a tomar forma: Nikki Haley. Por una razón fundamental: el calvario de juicios que tiene abiertos el expresidente. Uno civil por fraude contable de sus empresas. Y cinco penales que incluyen el asalto al Capitolio, intento de manipulación electoral en Georgia, mal uso de documentos clasificados, los pagos a Stormy Daniels y agresión sexual. El caso es que Trump puede conseguir ganar en las primarias. Su objetivo entonces sería evitar a toda costa una condena a prisión antes de noviembre. En el lado demócrata, el presidente Biden confesó que se presenta solo porque lo hace Donald Trump. Para frenarlo. Salvo cuestiones de salud, su candidatura parece fuera de duda. La actual, Kamala Harris, no ha terminado de cuajar entre el electorado.