El ciclo de órgano de la Fundación Cardín regresa a Valdediós y contará con la presencia de la violinista rusa Marina Gurdzhiya

El órgano sonará un verano más en Valdediós. El ciclo musical organizado por la Fundación Cardín celebra doce ediciones con un programa que “deleitará” a los amantes de este instrumento. Se llevará a cabo el 21 y 28 de julio, y el 4 y el 11 de agosto a las 20.30 horas. La entrada es gratuita hasta completar el aforo.

El concierto inaugural contará con la presencia de Ugo Spanu, quien ofrecerá “una experiencia única y enriquecedora para los asistentes, sumergiéndolos en la magia del órgano y transportándolos a través de siglos de música y maestría”. Interpretará temas de Antonio Vivaldi, Bernardo Storace y Niccolò Moretti, entre otros.

Una semana después, será el turno de Gustav Auzinger con canciones de Girolamo Cavazzoni, Giovan Batt. Martini, Johann Speth, Gottlieb Muffat... Susana G. Lastra, directora artística del ciclo, será la protagonista de la tercera jornada con un concierto en solitario. En los últimos años, la organista venía realizando sus actuaciones acompañada de otros artistas.

Aunque si hay un concierto que destaca en la programación es el que dará la violinista rusa Marina Gurdzhiya acompañada por Miquel González al órgano el 11 de agosto. La intérprete ha estado radicada en Asturias durante los últimos veinte años y se desempeña como ayudante de concertino de la Oviedo Filarmonía. “Su presencia en el XII Ciclo de Órgano de Villaviciosa garantiza una actuación extraordinaria que sin duda capturará la atención y emocionará al público”, aseguran en la fundación.

El principal objetivo del ciclo es poner en valor la música de órgano poco conocida y dar a conocer el magnífico órgano de Valdediós. “Con la participación de reconocidos concertistas de primer nivel, este evento busca proporcionar al público una experiencia única y cautivadora”, explican. Los artistas interpretarán un repertorio especialmente seleccionado centrado en la música de los siglos XVI, XVII y XVIII, periodos que se ajustan maravillosamente a este instrumento.

Lamentablemente, “los problemas de humedad existentes en la iglesia y los treinta y cuatro años trascurridos desde aquella restauración hacen necesaria una urgente intervención y desde aquí, hacemos un llamamiento a las instituciones para que se impliquen en el proyecto, debemos responsabilizarnos de la conservación de nuestro patrimonio y más en el caso de los órganos, verdaderos retablos sonoros que conservan los sonidos del pasado”, solicita Lastra.