El manejo del pumar, primordial para lograr una buena producción: estos son los consejos del Serida para el sector

El investigador Enrique Dapena explica en las jornadas técnicas del Festival de la Manzana que el número de frutos por centímetro cuadrado no debe superar los seis

Enrique Dapena explica los retos de la producción de manzana de sidra ante la atención del público

Enrique Dapena explica los retos de la producción de manzana de sidra ante la atención del público / Alicia García-Ovies

El responsable del programa de Investigación de Fruticultura del Serida, Enrique Dapena, analizó esta tarde, en el marco de las jornadas técnicas del Festival de la Manzana, los retos a los que se ha enfrentado a lo largo de los últimos años el sistema de producción de la manzana de sidra en la región y dio a los presentes un consejo muy claro: “Si el manejo del árbol en los primeros años no es el adecuado, no crece lo suficiente, no ocupa el espacio necesario… Eso va a ir en detrimento de la producción”.

Una producción que ha preocupado tanto a los cosecheros como a los propios investigadores, que en su día llevaron a cabo un estudio para intentar regularizarla y acabar así con la tan indeseada vecería. De aquellos trabajos llegaron a la conclusión, por ejemplo, que el número de frutos por centímetro cuadrado del árbol no debería superar los seis. También probaron formas más sostenibles de mantener las líneas entre ejemplares, así como medidas de protección frente a los corzos.

Respecto a las diferencias entre la producción ecológica y la tradicional. Dapena explicó que “no hay casi diferencia entre la fertilización ecológica y la química. Es más, la producción fue algo mejor con el abono orgánico”. Eso permite llegar a la conclusión que “es factible desarrollar estrategias de manejo ecológico, frente al convencional, siempre y cuando el terreno sea adecuado”.

Dapena también explicó cómo fue el proceso para seleccionar las variedades de manzana que forman parte de la Denominación de Origen Sidra de Asturias. Las primeras veintidós fueron el resultado de un intenso trabajo en el que se analizaron y registraron más de un centenar de hasta dar con las que ellos consideraban tenían más interés para el sector. Dieciséis fueron propuestas por el Serida y otras seis por los productores. Posteriormente se añadieron otras seis más amargas y así hasta llegar a las 76 que reconocidas actualmente.

Tras él, tomó la palabra Daniel García, catedrático de Ecología, que habló de la importancia de la biodiversidad en las pomaradas; y posteriormente los asistentes se trasladaron a la finca de la familia Ferreras, en El Llendón, parroquia de Villaverde, donde realizaron una visita a un sistema de cultivo semi-intensivo.