Opinión

¿Quién sabe dónde?

Y ahora que soy un jubilado y -teóricamente- tengo tiempo para todo, resulta que “no me lo da” y encima con el agravante de caer rendido todas las noches (por no decir fulminado), nada más llegar a la cama. Me dicen que los años no perdonan y posiblemente tengan razón mis asesores que son “freelancers” gratuitos y por supuesto, muchos menos de los que tiene cualquiera de nuestros políticos.

La verdad es que no acierto a comprender el por qué de ese cansancio descomunal cuando me paso el día haciendo todo lo que me dicen y recomiendan pues la jornada empieza para mí con un desayuno vitamínico y saludable que incluye fruta ‘española’ (según el código de barras), tras una reconfortante ducha que me deja como nuevo y antes de ponerme el chandal de nuevo atleta  y calzarme unas “deportivas” que toda la vida se llamaron “playeras” aunque Madrid no tuviera playa salvo el río Manzanares y la piscina del Parque Sindical en aquellos primeros años donde ya queríamos cuidar el tipín.

En plan Rocky Balboa y por eso de la coquetería que también tenemos los hombres lo siguiente es mirarme en el espejo de “su” armario (el mío no tiene), y me encuentro enfrente a un paisano gordo con cuerpo de “Fraga en Palomares” que tapa sus ya casi olvidadas partes nobles con un pantalón corto similar a aquél famoso bañador de la marca “Meyba” que todos los de mediados del siglo pasado llegamos a usar durante muchos veranos.

Más tarde comienza mi caminata por El Puntal, a la vera de la Ría de Villaviciosa, hasta que empiezo a sudar cuando la aplicación del ‘podómetro’ que me han instalado en el móvil me avisa de que sólo he quemado 108 calorías y que todavía me faltan ‘pasos’ por un tubo. A paso militar -casi legionario- continúo un rato más hasta que empiezo a sacar la lengua y me digo un “Luisín, hasta aquí hemos llegado por hoy”.

Es el momento del retorno -siempre- en coche hasta casa porque caminar a pie por la VV-5 y salir vivo y sin sustos del intento es casi una quimera aunque vayas por la izquierda y con chaleco fosforito. Es una carretera con muchas curvas y algunas ‘ciegas’ con un recorrido sin arcenes y cada vez con más tráfico rodado a medida que se acerca el buen tiempo. Ruta de ciclistas que a veces parece una sucursal de la Vuelta, el Tour o el Giro. Mejor no hablar. Como tampoco de los jabalís que no esperan a la noche y a veces te sorprenden nada más anochecer.

Me queda la "Espe" -no Aguirre- de que ya falta menos para la tan ansiada senda peatonal desde Villaviciosa que ya tiene proyecto y ojalá pueda llegar a ver.

A esta edad “El tiempo vuela” y es toda una realidad que daba título a un tema instrumental muy discotequero versionado por Los Pekenikes en el año 1969 del que era autor el grupo americano Booker T & MG’s… Y sin apenas darme cuenta llego a la hora de comer tras pasar unas horas en el que fue mi lugar de trabajo durante años. Un tiempo que empleo en ordenar cosas, clasificar e informatizar videos, programas y dvds que hay por doquier en muebles y estanterías. También aprovecho para practicar el noble y culto arte de escribir que es algo a lo que he cogido cariño y según me dicen, no lo hago del todo mal.

Recordar muchos momentos vividos te ayuda a preparar las futuras ‘batallitas’ de este abuelo con sus ocho nietos. Al aparecer papeles y objetos te vienen a la cabeza muchas personas de las que no he vuelto a saber nada. Personas y personajes que formaron parte de mi vida tanto en la realidad como en la ficción por ser famosas y conocidas por todos.

¿Se acuerdan de Paco Lobatón y su programa “Quien sabe dónde”? ¿Qué ha sido de él? Hubo una etapa en mi vida en la que por trabajo tuve que convivir con mucha gente de la llamada clase política. Y cariñosamente y lo más imparcial que supe me tocó lidiar con políticos y con eventuales pseudopolíticos obligados por necesidades de partido o simplemente, presentados para completar las listas.

Nacía un ente supramunicipal que reunía a varios concejos de esta zona privilegiada en la que vivo desde hace cuarenta y un años. La llamada Comarca de la Sidra reemplazaba a la originaria MASCOAS. Fue cuando puse en marcha un pequeño y privado canal de televisión en Nava que de salida creó bastantes tensiones entre los grupos que gobernaban y los que no. Aquella televisión se apagó -como el resto de las analógicas existentes en Asturias- con la llegada de la TDT en abril de 2010.

Mientras funcionó NTV (1996-2010), al frente del Principado de Asturias sólo tuve a dos Presidentes: Sergio Marqués Fernández (1995-1999), y a Vicente Álvarez Areces (1999-2011), ambos ya fallecidos. La estrecha relación que el medio tenía que tener con la clase política me metió de lleno en el entresijo de los partidos conociendo a muchísimas personas. Lógicamente con unos me llevaba mejor que con otros a nivel personal y nunca por el tema ideológico. Me consideraba un profesional serio e imparcial y pese a discrepancias en ideas y pensamientos con algunos, eso nunca fue -al menos para mí- un hándicap que produjese ningún enfrentamiento.

En aquellos años hubo nombres claves e importantes de personas con las que viví multitud de momentos y de las que jamás he vuelto a saber nada. ¿Qué fue del alcalde asturianista naveto Julián Fernández Montes? ¿O de la consejera y portavoz del PSOE, Ana Rosa Migoya Diego? ¿Qué fue de Leonardo Verdín Bouza, de URAS?...

 Varios alcaldes ya nos dejaron como el yerbato Emilio González Aller o Asensio Martínez Covián, de Villaviciosa… Pero ¿qué ha sido de Arturo Ordóñez o Alejandro Canteli (ambos de Bimenes)? Fueron multitud los concejales de los seis municipios de la comarca sidrera con los que hablaba y mantenía reuniones frecuentemente. Sin embargo no he vuelto a tener la más mínima noticia de ellos desde la desaparición de la tele.

Y ¿qué me dicen de todos los consejeros y consejeras de los gobiernos asturianos populares-renovadores y socialistas? De María Victoria Rodríguez Escudero, de Ramón García Cañal o de Luis Peláez Rodríguez por un lado o de María José Ramos Rubiera, Jaime Rabanal García, Francisco González Buendía, Servanda García Fernández, Francisco Javier García Valledor… ¿Qué fue de ellos?

Conservo los archivos de video de todo cuanto hicimos juntos y cualquiera de ellos encajaría perfectamente en la película de Costa-Gavras de 1982, “Missing” (Desaparecido), protagonizada por Jack Lemmon y la bella Sissy Spacek. También se dice que “Por el interés te quiero Andrés” cuando el afecto que se siente por alguien no es porque haya un verdadero amor sino porque existe una relación interesada… ¡Qué pena sí fue así para ellos! porque yo les creía de buena fe.

Hoy he empezado por la popular frase de aquél mítico programa: ¿Quién sabe dónde? y si aún no he sido capaz de encontrar al “verdadero” Paco Lobatón ¿cómo voy a encontrar y saber de “mis” políticos de entonces? Nunca coincidí con él pero sí encontramos “un doble” de Mieres que se hizo pasar por el mismísimo Paco Lobatón llegando de noche a Nava el 21 de diciembre de 1996 para dar una sorpresa a Edita, una vecina de Quintana que trabajaba en Sidra Estrada.

La moza soltera, estaba más que enamorada del conductor de “¿Quién sabe dónde?” y les prometo que conseguimos llevarla hasta casi el paroxismo cuando se pudo abrazar a aquél hombretón guapo y con bigote que nos ayudó a hacer nuestro primer programa en directo con NTV Nuestra Televisión. Fue una réplica del “Sorpresa, Sorpresa” de Antena 3TV, que emitimos en varios locales de la población. Con ello quisimos demostrar a los políticos que sí era viable tener en el pueblo la “ENTIVI Rural” como decía el consejero Santiago Menéndez de Luarca. Igual que las que ya tenían Oviedo, Gijón y alguna otra ciudad. Pero desgraciadamente al final no sirvió para nada aunque hoy, catorce años después del cierre, todavía haya vecinos que me paren por la calle y me sigan preguntando si sería posible regresar.