Oviedo, J. C.

En los días previos a la muerte de Franco, Alejandro Fernández-Sordo es situado entre los hombres más cercanos al Príncipe Juan Carlos, junto a Torcuato Fernández-Miranda, Alfonso Armada, el marqués de Mondéjar y Manuel de Prado y Colón de Carbajal. Siendo ministro de Relaciones Sindicales, Fernández-Sordo propuso en la Zarzuela el plan secreto que se conoció como «operación Lolita», destinado a sustituir de forma inmediata a Carlos Arias Navarro de la Presidencia del Gobierno al morir el dictador.

Explicó a Victoria Prego en «Así se hizo la transición»: «La posición mía era que a la muerte del caudillo había que pensar que todo el Gobierno tenía que ser sustituido porque el cambio estaba ahí y no podía empezarse una etapa de cambio si eso no se notaba en el Gobierno. Y que después de ese cambio era cuando había que proceder a la segunda fase, que era la designación de Torcuato Fernández-Miranda como presidente de las Cortes y del Consejo del Reino. Torcuato mantenía la tesis contraria. Es decir, que primero había que acceder a su nombramiento y luego ya cambiar al presidente del Gobierno». El nombre de «operación Lolita» hacía un juego de palabras con los apellidos del tecnócrata José María López de Letona, uno de los posibles sustitutos de Arias.

Se hizo lo que proponía Fernández-Miranda, y Arias continuó hasta julio de 1976, cuando fue sustituido por Adolfo Suárez.

Fernández-Sordo también intervino a favor del nombramiento de Fernández-Miranda como presidente del Consejo del Reino y de las Cortes franquistas, cuya disolución promovió después, en el paso imprescindible para abrir la última puerta a la transición. Aquí, el sector contrario a cualquier apertura maniobró en su contra. Como ministro de Relaciones Sindicales, Fernández-Sordo tenía a dos representantes por la Organización Sindical en el Consejo del Reino. Le contó lo siguiente a Victoria Prego: «El ministro de la Presidencia me dice que haga gestiones con los dos representantes sindicales para que cambiaran el voto que se les había indicado a favor de Fernández-Miranda y que votaran una terna compuesta por tres vicepresidentes del Gobierno. No me dio ninguna explicación de este cambio de última hora y no llamé a los consejeros». Torcuato entró en la terna y fue nombrado para los dos cargos.