Oviedo, P. Á.

La proliferación de centros de salud urbanos abiertos durante los fines de semana para atender casos urgentes puede pasar pronto a la historia. El Servicio de Salud del Principado (Sespa) está trabajando en una reestructuración organizativa que afectará principalmente a Oviedo, Gijón y Avilés y que implicará la concentración de efectivos en unos pocos centros.

Una de las fórmulas que se barajan habla de que los sábados y domingos sólo funcionen cuatro equipamientos de atención primaria en Gijón, dos en Oviedo y dos en Avilés. Fuentes del Sespa enfatizaron ayer que aún no está cerrada la fórmula que será negociada con los sindicatos.

La concentración de puntos de atención continuada es explicada desde las instancias sanitarias como un modo de mejorar el servicio. Se justifica subrayando que la confluencia de varios profesionales en un mismo centro evita que éste se quede sin personal durante las visitas a los domicilios.

Sin embargo, el Partido Popular aportó ayer una clave bien distinta. «Es una medida economicista que no va a mejorar la capacidad de resolución de la atención primaria y que va a acarrear un colapso de las urgencias hospitalarias», señaló el diputado regional Carlos Galcerán.

El recorte del mapa de puntos de atención continuada (PAC) acumula ya un largo recorrido en los despachos de la sanidad asturiana. La reorganización de las guardias forma parte de un acuerdo firmado con UGT y Comisiones Obreras en octubre de 2008. El documento establecía lo siguiente: «La previsible concentración de PAC en determinadas áreas sanitarias obliga necesariamente a revisar el régimen de jornada (...). Se procederá a la apertura de PAC que respondan a las demandas urgentes con suficiente dotación tecnológica y equipos móviles de atención domiciliaria».

En la actual coyuntura de recortes, todo apunta a que numerosas pautas organizativas tradicionales pueden saltar por los aires. Semanas atrás, el Sespa decidió que los centros de salud urbanos cerrasen -de lunes a viernes- a las ocho de la tarde, en vez de a las diez de la noche, como era habitual. De ocho de la tarde a ocho de la mañana la asistencia se concentró en un puñado de centros. Ahora, el objetivo es aplicar esa misma fórmula al conjunto del fin de semana. Entre los profesionales de atención primaria circula el rumor de que un futuro ajuste pueda implicar que el funcionamiento ordinario de los centros de primaria quede restringido al intervalo que va de ocho de la mañana a tres de la tarde, para a continuación pasar al servicio concentrado en unos pocos centros.