Gijón, Miriam SUÁREZ /

Pablo GONZÁLEZ

«Estoy aquí en esta tribuna para deciros que si vosotros así lo queréis yo daré el paso para ponerme al frente de la candidatura al Gobierno del Principado». Con estas palabras y con una ovación del público de medio minuto, Javier Fernández se estrenaba ayer como candidato socialista al Gobierno del Principado, dando el relevo a Vicente Álvarez Areces, que hace más de una semana anunció su adiós.

El secretario general de la Federación Socialista Asturiana (FSA) aseguró que el «futuro debe ser mejor que el pasado», se mostró convencido «de que una vez más podemos lograr una mayoría de progreso» y destacó cómo en el caso de conseguir la victoria en las autonómicas de mayo de 2011 su Gobierno se asentará «sobre un partido serio y cohesionado», en una clara referencia, pero sin mencionar en ningún momento a los populares, a la crisis abierta en el PP en torno a la candidatura de Francisco Álvarez-Cascos. Menos de veinticuatro horas después de que el comité federal del PSOE abriese el sábado de manera oficial la carrera para la elección de sus candidatos autonómicos y municipales con vistas a los próximos comicios, Javier Fernández se postuló por primera vez y de viva voz como la alternativa socialista en Asturias, haciendo oficial una candidatura que desde hace meses era una realidad. Y lo hizo en un acto en Gijón, ciudad de la que Areces fue alcalde durante tres mandatos, ante más de un millar de simpatizantes. Fernández estuvo arropado por la gran mayoría de las figuras del socialismo asturiano y compartió escenario con la alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, Vicente Álvarez Areces y el lendakari, Patxi López. «Si cuento con todos vosotros quiero que vosotros contéis conmigo para ganar y encabezar este proyecto», dijo.

Fernández aseguró, y según él huyendo «de la retórica y las grandes palabras» de las que dijo no ser partidario, que si se pone a disposición de «mi partido y mi tierra» es porque «tengo la profunda convicción de que ésa es mi responsabilidad en este momento». Y añadió: «Toda mi vida en política me he guiado por dos convicciones: que el futuro debe ser mejor que el pasado y que cada uno de nosotros, desde el lugar en el que nos haya colocado la vida, tenemos la obligación personal y moral de trabajar para que el futuro de nuestros hijos sea mejor que el nuestro». En el discurso de Fernández, que fue interrumpido en cuatro ocasiones por los aplausos del público, no faltaron las referencias a la situación económica y a las mejores maneras de salir de ella, siempre sobre la base de «un Gobierno fuerte y progresista». «La crisis nos dice que el futuro puede ser peor, más hostil. Pero también nos dice lo contrario, que tenemos que ser capaces de crear una economía al servicio de la gente y no al revés, con un crecimiento económico más equilibrado. Y para hacer esto necesitamos gobiernos fuertes», apuntó.

Fernández, que agradeció a Areces «todo lo que ha hecho por Asturias», aseguró que la región necesita «un Gobierno que construya sobre lo mucho que nos han dejado, que no convierta esto en un solar. Necesitamos un Gobierno que conozca Asturias, sus problemas y que tenga ideas para afrontarlos. Y un Gobierno que se asiente sobre un partido serio y cohesionado».

Y reconoció que la crisis está obligando «a repensar todo», pero garantizó que las políticas sociales no se tocarán. «El Estado del bienestar es nuestro patrimonio político porque es el patrimonio de los que no lo tienen», aseveró. Serio y asumiendo el papel de candidato, advirtió de que en su programa no habrá «grandes utopías», pero sí que «vamos a prometer, pero aquello que podamos cumplir». Fernández cerró tirando de argot ciclista: «Empezamos una etapa reina. Arriba como premio nos espera la confianza de los ciudadanos. Tenemos fuerza y pasión por ganar. No vamos a desfallecer. Vamos a ganar».