Oviedo / Gijón / Avilés,

José A. ORDÓÑEZ

Los gritos y eslóganes de protesta de los denominados «indignados» pusieron banda sonora a buena parte de los plenos de composición de las nuevas corporaciones que se celebraron ayer en el Principado. Oviedo, Gijón, Avilés, Mieres, Langreo, San Martín del Rey Aurelio y Laviana fueron los concejos en los que el movimiento 15-M dejó sentir con más intensidad sus reivindicaciones.

La situación más tensa se vivió en Avilés, donde unos cincuenta «indignados» increparon con dureza a la alcaldesa, la socialista Pilar Varela, y al resto de la Corporación en el trayecto que une el Ayuntamiento con la antigua plaza del pescado, que hace las veces de recepción urbana del centro Niemeyer y donde los ediles y las autoridades locales celebraron con un brindis el inicio del nuevo mandato. Los concejales fueron escoltados por agentes de Policía, mientras los manifestantes, en plena cacerolada, proferían gritos contra la clase política. Alguno hasta se bajó los pantalones y enseñó el trasero.

En Oviedo, varias decenas de «indignados» permanecieron en la plaza de la Constitución profiriendo consignas tales como «¡No hay pan para tanto chorizo!», que se escuchaban a la perfección en el salón de plenos. Varios concentrados llevaron chorizos a la protesta para expresar gráficamente su rechazo a la corrupción política. Un importante contingente policial rodeó el Ayuntamiento. Aunque la mayor parte de los ediles fueron increpados a la salida de la sesión de investidura, la peor parte se la llevó el candidato de Foro Asturias Ciudadanos (FAC), Arturo González de Mesa, que quiso posar junto a los «indignados» y se llevó un gran abucheo.

La sesión plenaria de investidura en Gijón también fue seguida desde el exterior del Ayuntamiento por decenas de integrantes del movimiento 15-M. Los «indignados» portaron pancartas contra la clase política y en favor de un sistema democrático más participativo. Además, vocearon constantemente eslóganes tales como «¡No nos representáis!», en relación a los concejales, o «¡Lo llamáis democracia y no lo es!».

En Mieres, el nuevo alcalde, Aníbal Vázquez, de IU, saludó uno por uno a los veinte «indignados» que se concentraron ante el Ayuntamiento. También hubo protestas de «indignados» en Langreo, en este caso, en el interior del salón de plenos; en San Martín y en Laviana, pero sin mayores incidentes.