Oviedo, L. Á. VEGA

El robo en un almacén policial gaditano de 260 kilos de cocaína procedente del alijo del «Svety Nikolay», el barco búlgaro capturado el pasado mes de agosto -una operación en la que cayó detenido el empresario astur-colombiano Diego Alberto Vélez-, ha puesto sobre el tapete el problema de la custodia y destrucción de las sustancias incautadas por las fuerzas de seguridad, que en su mayor parte se incineran en la planta de Cogersa en Serín. Los agentes denuncian que la gran cantidad de droga acumulada en estos depósitos (se calcula que puede haber almacenadas 375 toneladas) y la escasa vigilancia de los mismos favorecen las sustracciones.

Entre las razones para la acumulación de tanta droga está el hecho de que las incautaciones sólo pueden ser destruidas por orden judicial, al constituir una prueba contra los narcotraficantes. Además, está el alto coste de la destrucción de la droga, que tiene que recorrer mil kilómetros para ser quemada en Cogersa. Tanto los policías como las asociaciones contra la droga piden que se construya una incineradora en Cádiz, la provincia con más incautaciones de hachís y últimamente cocaína, y que los jueces agilicen la destrucción de las aprehensiones, algo que ya es posible en virtud de un protocolo firmado hace pocos días entre el Ministerio del Interior, el Consejo del Poder Judicial y la Fiscalía General del Estado.

La planta de residuos de Serín lleva destruido a lo largo de 2012 un total de 202 toneladas de droga, que suponen el 75 por ciento de toda la incinerada en España. El resto, 66,5 toneladas, se quemó en centros de Galicia (Sogama) y Baleares. El coste de la destrucción de las 202 toneladas en Cogersa fue de poco más de 120.000 euros, a razón de 616 euros por tonelada. El problema es que los alijos tienen que ser trasladados en convoyes especiales desde el sur del país, que incluyen el alquiler de un tráiler y destinar numeroso personal al operativo. Los convoyes son acompañados desde el aire por un helicóptero, para mayor seguridad. En alguno de estos convoyes se han llegado a transportar más de 50 toneladas de hachís. La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha señalado en alguna ocasión que los viajes a Asturias son un riesgo que ralentiza y encarece el proceso.

La tardanza en la destrucción de la droga acumulada no se relaciona con problemas técnicos de Cogersa, ya que la planta dispone de un horno con capacidad para trabajar durante todo el día e incinerar una tonelada de droga a la hora, a 850 grados centígrados. La colaboración entre el Ministerio del Interior y Cogersa se inició en 2005.