Oviedo,

María José IGLESIAS

Las industrias agroalimentarias y forestales quieren crecer en el mercado asturiano, a pesar de la delicada situación económica y el descenso del consumo en alimentación. Lo atestigua la avalancha de peticiones de ayudas destinadas a ampliar y mejorar negocios del ramo en la región recibidas en la Consejería de Agroganadería.

Para hacer frente a todas las solicitudes haría falta duplicar el presupuesto de cuatro millones de euros inicialmente previsto en la convocatoria, como reconoce la directora general de Agroganadería y Desarrollo Rural, Tomasa Arce. Los proyectos tienen un tope subvencionable del 30 por ciento y la inversión nunca debe ser inferior a los 6.000 euros, según especifican las bases de la convocatoria.

Entre el 14 de diciembre de 2012 y el pasado 28 de febrero, la Dirección General de Agroganadería registró peticiones para llevar a cabo 85 proyectos en diversos ámbitos de la industria agroganadera, que suponen una inversión global de 26,1 millones de euros.

De ellos, 33 pertenecen al sector cárnico, con una inversión estimada en 5,1 millones de euros. Las 11 iniciativas presentadas para el sector lácteo abarcan seis millones de euros de inversión. El sector sidrero se suma a las peticiones con siete proyectos a los que corresponden 2,2 millones de euros, mientras que en materia forestal se han puesto sobre la mesa 23 peticiones, por un importe total de 5,5 millones de euros. El terreno de las legumbres y frutas participa en la convocatoria con once ideas que supondrán 7,3 millones.

El objeto de los subsidios es mejorar la competitividad de la industria agraria y forestal, favoreciendo la creación de empleo, a fin de revalorizar las producciones, frenar el abandono de las zonas rurales y contribuir al fortalecimiento del medio rural.

La dirección general evaluará ahora las solicitudes para descartar las que no cumplan alguno de los requisitos. Arce no descarta conseguir más fondos para dar cauce al máximo posible de peticiones, aunque matiza que la situación económica del Gobierno regional, sumido en una política de recortes presupuestarios, no es la idónea.

Arce anuncia un nuevo impulso para sacar adelante las marcas de calidad del chosco, los quesos casín y beyos. Además, los productores de escanda han manifestado interés por volver a solicitar un reconocimiento europeo para el cereal. El kiwi, la miel y la patata son otros de los productos asturianos que en los próximos meses trabajarán para lograr una marca de calidad avalada por la Unión Europea.

La directora general también hace hincapié en la necesidad de obtener mayor rentabilidad de los bosques y montes asturianos. Para ello plantea el desarrollo de actividades como la micología y el aprovechamiento de castañas y otros frutos que hoy se encuentran en estado de abandono. La industria agroalimentaria da trabajo en Asturias a más de 8.000 personas, el 14 por ciento del empleo industrial regional, y factura cerca de 2.000 millones de euros, más del 15 por ciento de las ventas del sector secundario. El consumo de materias primas superó los 800 millones de euros el pasado año y el valor de sus exportaciones superó los 200 millones de euros. El campo asturiano produce 550.000 toneladas de leche, 23.000 de carne y cerca de 100.000 kilos de faba, así como 2,3 millones de kilos de manzana de sidra y 45 millones de litros de la tradicional bebida asturiana, algo más de medio millón de kilos de queso cabrales, 90.000 de gamonéu y 135.000 de afuega'l pitu.