La variante de Pajares abrirá al tráfico con ancho ibérico para «evitar el aislamiento de Asturias» de la red estatal de ferrocarriles, lograr una utilización «más racional del parque móvil» y permitir el paso de trenes de viajeros y de mercancías por los tubos, acortando el viaje en tren a León en tres cuartos de hora. Así justificó ayer el secretario de Estado de Infraestructuras, Manuel Niño, que el nuevo acceso ferroviario a la región vaya a entrar en servicio con el ancho específico de Renfe y no de AVE, aunque dotado con una traviesa polivalente que, en una segunda fase, permitirá la reconversión al ancho internacional de forma «rápida y sencilla». Será cuando esté listo el trazado León-La Robla, para el que el departamento que dirige Ana Pastor no ha encargado todavía ni el proyecto constructivo.

Manuel Niño, que fue secretario general de Ferrocarriles con Francisco Álvarez-Cascos en el Ministerio de Fomento, defendió la solución de Pastor para la Variante y reiteró el «compromiso» del Ejecutivo de Rajoy para terminar la actuación «cuanto antes», pero no ofreció ni una sola fecha en toda su intervención de ayer en el Congreso. Fue en respuesta a una batería de preguntas sobre la Variante formuladas por Antonio Trevín, diputado socialista asturiano, que achacó el «ritmo cansino» de las obras al «sectarismo inversor con el que el Ministerio de Fomento castiga a Asturias» y criticó que los túneles vayan a abrir «tuertos», es decirn con un solo tubo en servicio. «Más que por las filtraciones de agua, la Variante no avanza por la sequía inversora», sentenció el parlamentario.

El argumento del aislamiento ferroviario utilizada por Niño para explicar por qué la Variante abrirá en ancho ibérico se basa en la situación de los tramos que conectan la Cordillera con León y con Gijón, que seguirán teniendo vías específicas de Renfe durante muchos años. En ese escenario, los túneles de Pajares en ancho de Alta Velocidad -algo que sólo defiende Foro- serían una «isla» que únicamente se podría conectar al resto de la red con la instalación de varios intercambiadores de ancho, lo que conlleva una multimillonaria inversión y pérdidas en los tiempos de viaje. Con la Variante abierta en ancho internacional, los trenes llegarían a León por la vía de AVE, para pasar por un primer intercambiador y seguir en ancho ibérico hasta La Robla, punto de inicio de la Variante. Allí habría que instalar otro intercambiador para pasar al ancho internacional de la Variante y, luego, otro más en Pola de Lena, para poder continuar hacia el centro de la región por ancho ibérico. Cada intercambiador cuesta en torno a diez millones de euros.

Según los datos aportados por Niño, en la Variante se han invertido 2.855 millones, 137 de ellos con Cascos en Fomento, 2.569 millones con Zapatero y 149,5 millones en 2012, ya con Rajoy.