El verano astronómico entró a las 07.04 horas de hoy, el día más largo del año, cuando se produce el solsticio estival. Pero lo hizo de incógnito, porque sus efectos no se dejarán notar en Asturias hasta comienzos de julio. La inestabilidad meteorológica de las últimas semanas se mantendrá al menos durante los diez próximos días, antes de dejar paso a un estío que se moverá en los parámetros medios habituales para la región. «No hay ninguna señal que indique que vayamos a estar por encima o por debajo de lo que suele ser normal en el Principado: es decir, temperaturas suaves, de poco más de veinte grados, con un par de olas de calor que llevarán los termómetros a los treinta grados y un cierto nivel de precipitaciones, mayor en la comarca oriental como suele ser habitual», subrayó ayer Manuel Antonio Mora García, responsable territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), durante una comparecencia en la sede de la Delegación del Gobierno para hacer balance de la primavera y adelantar las previsiones veraniegas.

La predicción de Mora desmiente la del canal francés Météo, que ha anunciado que este año apenas habrá verano en Europa occidental y que las temperaturas en España no remontarán hasta septiembre. No obstante, a nivel nacional, Meteorología sí que reconoce que, aunque dentro de lo normal, espera un estío menos caluroso que los precedentes, con «algunos frentes que rozarán el Cantábrico» y sol en el resto del país.

Para empezar, el primer fin de semana del verano no llenará las playas de Asturias. La toalla y el bañador tendrán que esperar. La previsión de la Aemet para la región es que en los próximos días no se produzca una subida significativa de las temperaturas y que se vayan alternando las nubes, con algunos claros y episodios de lluvias, aunque ya no muy intensas. En las primeras horas de mañana se notará una cierta mejoría, pero será transitoria, porque los cielos volverán a encapotarse por la tarde y permanecerán así durante el domingo, según indicó Manuel Mora.

Los primeros día del verano en la región darán continuidad a una primavera que ha sido especialmente fría y lluviosa. «Los datos que manejamos confirman la sensación que tiene la gente de que hemos pasado una estación muy desapacible, húmeda y con temperaturas por debajo de lo que suele ser habitual en esta época», afirmó Mora. Así, la temperatura de la inadvertida primavera que concluyó ayer, la más fría desde 1986, marcó una media de 0,7 grados por debajo de los registros de los últimos años. Además, las precipitaciones estuvieron casi un 50 por ciento por encima de lo que es habitual en el Principado. El mes de mayo fue el más frío en la región desde 1984 y el de marzo el más lluvioso de la serie histórica que arranca en 1971.

El valor máximo de precipitaciones en la primavera se registró el 18 de mayo en Castropol, cuando se recogieron 70 litros por metro cuadrado en 24 horas. En cuanto a temperaturas, la mínima estacional fue de siete grados bajo cero en Coto Cortés (Degaña) el 15 de marzo. En Mieres se llegó a los 26 grados el 14 de abril y el viento alcanzó rachas máximas de 140 kilómetros a la hora el 7 de marzo en el Cabo Busto. El año hidrológico, que arrancó el pasado mes de octubre, fue el segundo más húmedo desde 1931, sólo superado por el de 1936. Según indicó Manuel Mora, se alcanzaron los 1.473 litros por metro cuadrado.

Por lo que se refiere al conjunto del país, la Aemet también encuadra al verano que entra hoy dentro de los parámetros normales. No obstante, la «sensación» es que será «algo más fresco» que los precedentes, en los que las temperaturas estuvieron, de media, uno o dos grados por encima de lo que se considera habitual, según Alejandro Lomas, portavoz de la Aemet.

Esta primavera ha sido la segunda más fría en España de lo que llevamos de siglo, sólo superada por la de 2004. Las medias estacionales han bajado en todas las comunidades autónomas, con las únicas excepciones de Andalucía, Valencia, Murcia, Cataluña, Baleares y Canarias. En Castilla y León la anomalía térmica fue negativa en un grado, mientras que en Cataluña y el sur de Andalucía fue positiva entre uno y dos grados. En cuanto a junio, la Aemet considera que la meteorología entra dentro de lo «normal», aunque, junto al primer trimestre de 2013, ha sido el «más fresco de los últimos veinte años».

España acaba de cerrar la quinta primavera más húmeda desde 1947 -tras las de 1971, 1956, 2008 y 1969, por este orden- con un 55% de lluvia más de lo que es habitual. Según Lomas, marzo fue un mes «excepcionalmente lluvioso», llegando a triplicarse los valores tradicionales. La precipitación máxima se registró el 17 de mayo en San Sebastián, con una acumulación de 86 litros por metro cuadrado.

La Aemet incluye el temporal que azotó a Asturias el 30 de marzo entre los episodios meteorológicos más relevantes de la pasada primavera. Las temperaturas más elevadas del país se alcanzaron en abril en Canarias, ligeramente por encima de los 35 grados. La más baja de España, de nueve grados bajo cero, se registró en el puerto madrileño de Navacerrada el 14 de marzo. La agencia meteorológica está ultimando una aplicación para consultar las previsiones a través del teléfono móvil.