Renfe anuncia la salida de su proceso de segregación en cuatro sociedades anónimas. El consejo de administración de la operadora ferroviaria tiene previsto aprobar hoy el «troceado» de la empresa en cuatro entidades subordinadas a la compañía matriz para dar lugar a un holding en el que cada una de las partes heredará una sección del negocio ferroviario que ahora ostenta Renfe: una asumirá el transporte de viajeros, otra el de mercancías, la tercera se dedicará a la actividad industrial de fabricación y mantenimiento y la estructura incorporará además una cuarta, la más novedosa, que se ocupará de alquilar el material excedentario de la empresa a los operadores privados que accedan al sector a partir de la liberalización del servicio ferroviario, prevista para finales del próximo mes de julio.

Esta nueva línea de trabajo pretende poner en el mercado la maquinaria sobrante de la operadora, un resto de 59 locomotoras eléctricas, quince diésel y 1.507 vagones en la división de mercancías y 26 trenes en la de viajeros, a modo de calmante para la difícil situación económica de la entidad, toda vez que cada pata de la nueva Renfe recibirá su parte correspondiente de la deuda que acumula la empresa, algo más de 5.000 millones de euros.

Una vez aprobado por el consejo de administración el proyecto de desmenuzado de la compañía quedará pendiente de su aprobación en el Consejo de Ministros un trámite previsto para mediados del próximo mes de julio. Cada empresa de las cuatro resultantes tendrá su propio personal y su actividad comercial, de producción y de recursos humanos. No obstante, las compras y provisiones quedarán centralizadas en la matriz Renfe, igual que todo lo relacionado con servicios jurídicos, publicidad, sistemas informáticos y proyectos internacionales. En el caso de la nueva división de mercancías, la reorganización exige la fusión previa de las cuatro entidades en las que Renfe dividió el negocio hace dos años: Contren, Irion, Multi y Pecovasa.

La segregación, cuestionada ayer por el sindicato Comisiones Obreras por el incremento de costes que generarán las duplicidades y «las consecuencias negativas para el empleo», completa la reorganización del mapa ferroviario añadiendo sus efectos a los de la absorción del negocio de vía estrecha que prestaba Feve a partir de comienzos de este año. Como consecuencia de esa operación, entre otros motivos, Renfe prevé cerrar este ejercicio con unas pérdidas de 173 millones de euros, cuatro veces más que en 2012.

En Bruselas, por otro lado, el Parlamento y el Consejo Europeo llegaron a un acuerdo sobre el mecanismo que establece las condiciones para financiar las redes transeuropeas de transporte en el período 2014-2020, en el que figuraban la variante de Pajares y el AVE asturiano entre los proyectos que optan a recibir financiación comunitaria.