Totalmente descartado. Vicente Gotor acabó ayer de un plumazo con los rumores sobre su posible renuncia por la difícil situación económica que atraviesa la Universidad de Oviedo, asfixiada por los constantes recortes aplicados por las administraciones. "Se equivoca usted y quien piense que voy a dimitir. Si tengo salud, llegaré hasta marzo de 2016, cuando acaba mi mandato", señaló el rector durante la reunión anual del claustro, máximo órgano de representación académica, a preguntas de Álvaro Villegas, alumno de Psicología. Además, protagonizó un intenso tira y afloja con Pedro Sánchez Lazo y Santiago García Granda, dos catedráticos que se postulan para sucederle en el cargo dentro de algo más de dos años, cuando no podrá optar a la reelección. "Que nadie dude de que soy un líder y de que voy a seguir al frente", indicó, en respuesta al primero de ellos.

Los severos ajustes en la Universidad planearon durante toda la sesión, celebrada en el Aula Magna de la Facultad de Economía y Empresa y que se prolongó durante tres horas y media. A las puertas, un grupo de alumnos que portaba una pancarta con el lema "Gotor xela les tases y nun les clases" (en alusión a las restricciones en calefacción) profirió gritos de protesta durante los primeros minutos del encuentro. En el interior, el rector presentó a los claustrales (acudió un 60 por ciento de los 300) el delicado panorama de la institución, en un ambiente más sosegado. "Sé que muchas de las medidas que hemos tomado están trayendo consigo un enorme malestar. Por eso, agradezco públicamente el sacrificio que esto supone", indicó.

Pero también aprovechó la ocasión para destacar "los avances conseguidos a pesar de este escenario". Entre ellos citó la adaptación de los estudios al "plan Bolonia", que este año afecta ya a todos los cursos de los nuevos grados. "Podemos decir que hemos hecho un buen proceso. No a coste cero, sino negativo", subrayó, tras destacar que "las 120 nuevas plazas de profesores que el Principado se había comprometido a financiar se quedaron en menos de las que teníamos". Además, justificó la enajenación del solar de la calle Argüelles de Oviedo, donde estaba previsto construir la sede del Centro Internacional de Postgrado, para financiar algunas de las reformas urgentes en varios centros, especialmente en la Facultad de Formación del Profesorado y Educación. "Hace un año que entregamos a la Consejería un dossier con el estado lamentable de algunos edificios", indicó. Aún no hay respuesta.

Gotor también destacó la reciente renovación del sello Campus de Excelencia Internacional (CEI), un programa de ayudas ahora congeladas, pero que concede notoriedad a la institución académica asturiana. "Un logro conseguido a pesar de las grandes restricciones", dijo. Estos recortes los explicó a través de unas proyecciones, que recogían datos como el descenso de la transferencia autonómica para financiar los gastos de personal en 8,3 millones de euros en tres años (de 124 a 116 millones) o la reducción en 4,1 millones de los ingresos por tasas, debido a su congelación, de la que se mostró orgulloso.

En el capítulo de compromisos, el rector apostó por rejuvenecer la plantilla, a pesar de las duras limitaciones impuestas por el ministerio de Hacienda para la adjudicación de plaza pública. También anunció que acomodará las relaciones de puestos de trabajo a las necesidades del personal administrativo y que propondrá la revisión del régimen de permanencia, para evitar que los alumnos que no se presenten a un examen pierdan una convocatoria. Y sacó pecho por la implantación de dobles grados, el incremento de la labor investigadora y de los contratos con empresas. "Pese a las circunstancias no podemos ser pesimistas", concluyó.

El momento álgido de la sesión llegó durante las intervenciones de Sánchez Lazo y García Granda, que coincidieron en reprochar la subsistencia de una estructura ligada al CEI a pesar de la congelación de las ayudas. Concepción Masa, profesora de Análisis Matemático, pidió una mejor racionalización del gasto energético y Norberto Corral, decano de Ciencias, que se mejore el procedimiento para realizar las encuestas orientadas a conocer la calidad de las titulaciones.

Gotor anunció, a preguntas de los alumnos, que "está buscando un uso" para la antigua guardería universitaria, cerrada por los recortes. Y descartó tajantemente que vaya a clausurar la residencia y las instalaciones deportivas del campus de Mieres. Marcos Rodríguez y Héctor Piernavieja fueron los estudiantes más críticos con los recortes y ambos cuestionaron que el rector "tenga un plan para lo que está por venir". Ángel Izquierdo, representante del personal administrativo, vio frustrado su intento de que el claustro votase una resolución contra los recortes. Y Esther Sánchez censuró la vulneración de varios acuerdos que afectan a este colectivo. El Defensor Universitario, Ramón Durán, anunció un descenso del 15 por ciento en las consultas recibidas con respecto al pasado año. "Quizás porque ya hemos superado la novatada de la adaptación de estudios al "plan Bolonia"", afirmó.