La política estatal de liberalización de horarios comerciales toma tierra en Asturias. Oviedo y Gijón figuran desde ayer en la nueva lista ampliada de ciudades a las que el Gobierno obligará a delimitar "zonas de gran afluencia turística", tramos en los que será total la libertad de apertura para los negocios, día o noche, domingos y festivos. "Para aprovechar las sinergias entre comercio y turismo y multiplicar su impacto sobre la generación de empleo", la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría anunció ayer, tras la aprobación de la medida en el Consejo de Ministros, una rebaja en los umbrales de acceso a esta figura que ya se aplicaba en catorce núcleos urbanos y a la que se incorporan otros ocho, entre ellos las dos grandes ciudades del Principado. Desde 2012, la liberalización se imponía exclusivamente en urbes de al menos 200.000 habitantes y un millón de pernoctaciones anuales. Oviedo y Gijón cumplían el requisito de la población, pero no el del resultado turístico. Ahora entran las dos porque a partir de ayer basta con 100.000 habitantes y 600.000 noches vendidas a visitantes en un año.

El Real Decreto Ley de medidas urgentes para el crecimiento, la competitividad y la eficiencia dispone que los ayuntamientos de las ciudades afectadas tendrán un periodo de seis meses a partir de la entrada en vigor de la medida para delimitar al menos una "zona de gran afluencia turística". La Administración autonómica deberá aprobar la propuesta de cada consistorio y en caso de no efectuar el trámite en el plazo fijado, todo el municipio quedará considerado como tal. Atendiendo a los criterios que marca el decreto de 2012 que las regula, los ayuntamientos podrán considerar áreas liberalizadas aquellas en las que concurran algunas de las circunstancias mencionadas en el texto, entre ellas una concentración "suficiente" de plazas de alojamiento, la declaración de la zona o sus edificios como "de interés cultural", su ubicación próxima a puertos en los que recalen cruceros o su condición de áreas "cuyo principal atractivo sea el turismo de compras".

En las áreas acotadas, las tiendas podrán abrir sus puertas sin trabas de horas o días cumpliendo una autorización que los ayuntamientos y el Principado eluden valorar hasta conocer sus pormenores, pero que ya levantó ayer las primeras suspicacias entre los representantes del pequeño negocio de proximidad en Asturias.

Los autónomos, en contra

Oviedo y Gijón entran a la fuerza, pero esta fórmula de la libertad comercial también admite la adhesión voluntaria. Se aplica en catorce ciudades obligadas por sus circunstancias demográficas y turísticas y, en total, contando las incorporaciones optativas, en 526 municipios españoles. La patronal de las grandes superficies había reclamado la solicitud de incorporación a ella de las zonas del Principado más atractivas para el turismo, pero los autónomos entienden que implantar esta medida precisamente ahora, "cuando el consumo está por los suelos, es poner la alfombra roja a la gran superficie". A Manuel Prieto, secretario general en Asturias de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), las estadísticas y la experiencia de las comunidades con menos restricciones de apertura le hacen augurar que "supondrá más destrucción de empleo autónomo y ninguna generación por cuenta ajena" en los grandes comercios.

La medida, advierte, afecta potencialmente al 46 por ciento de los autónomos del sector en Asturias, a los 3.505 de Oviedo y a los 4.502 de Gijón. En la misma línea, el presidente de la Federación Asturiana de Comercio, Severino Álvarez Zaragoza, se remite al ensayo fallido de "las ciudades que han liberalizado totalmente las aperturas y que han perdido cuota de mercado para el pequeño comercio". Cita la restrictiva Cataluña como el lugar "donde más crecimos" y trae al debate la polémica de las ciudades que estaban obligadas a implantar la medida y se han resistido, como Barcelona y Bilbao, donde se adujo la colisión entre la normativa estatal y la autonómica. En Asturias, De momento, "la única ventaja" que observa Álvarez Zaragoza es que la nueva regulación no incluye a Siero, "porque la capital comercial de Asturias es Parque Principado".

Fuentes del Gobierno regional no quisieron ayer valorar el alcance de la nueva reglamentación hasta tener conocimiento exacto de sus pormenores. En 2012, el Principado se acogió a la versión más restrictiva que le permitía el decreto de libertad de horarios y los comercios aumentaron así a noventa sus horas semanales de apertura y los domingos y festivos de ocho a diez al año.

En la Unión de Comerciantes de Gijón, su presidente, David Argüelles, se manifiesta "totalmente en contra de esta disposición, una más que el Gobierno central aplica sin contar con el sector y sin que nadie se lo haya pedido, justificándola con una supuesta generación de empleo y fomento del consumo que no se ha materializado en los lugares donde se ha aplicado".

El Consejo de Ministros, por otro lado, también aprobó ayer una medida para agilizar la implantación o el traslado de superficies comerciales. Se establece un procedimiento integrado que tramitarán conjuntamente el ayuntamiento y la Administración autonómica y se rebaja el trámite de seis a tres meses.