Un paciente que afirmaba estar infectado por el virus del ébola obligó a que ayer se activase la alarma en el Hospital San Agustín de Avilés, aunque al final todo quedó en un susto ocasionado por un exceso de preocupación por parte del enfermo. Sin embargo, el centro sanitario puso en marcha un protocolo que llamó la atención a numerosas personas que se encontraban en el entorno. El supuesto infectado, que había estado trabajando en un país africano pero que no era ninguno en los que se ha detectado la enfermedad, contactó con los servicios sanitarios y aseguró tener síntomas compatibles con la enfermedad. Según testigos, fue obligado a permanecer en un vehículo sin bajar de él hasta que el personal del Hospital San Agustín y el propio centro se preparasen para recibirlo sin riesgos de contagio. Un médico convenientemente protegido realizó una primera inspección del afectado y descartó sin lugar a dudas que tuviera la enfermedad. Incluso aseguró que no era necesario su ingreso en el Hospital. El enfermo acabó enviado, tranquilo, de vuelta a su casa, convenientemente informado de que los síntomas que padecía no eran compatibles con los del ébola. Medios próximos a Salud aseguraron que también fue informada y tranquilizada la familia del afectado. El operativo por esta falsa alarma causó expectación entre otros pacientes.
