Conseguir que Asturias deje de ser "un infierno fiscal" para las clases medias. Éste es el mensaje que lanzó ayer la presidenta del PP asturiano, Mercedes Fernández, en una jornada con tintes preelectorales celebrada en el auditorio de Oviedo ante empresarios y representantes de su partido, en la que estuvo arropada por la diputada nacional Ana Madrazo, portavoz de Hacienda su partido en el Congreso; y por Santiago Álvarez, vicerrector de Planificación Económica de la Universidad. El PP puso el acento en la rebaja del impuesto de sucesiones, que considera "imprescindible" para evitar que las rentas medias y altas huyan de la región, y "vendió" la reforma fiscal de Mariano Rajoy. Esta modificación del IRPF ha dejado en el mes de enero en las nóminas de los asturianos 12 millones de euros, según los datos que maneja Madrazo, que estima que en dos años el ahorro de las familias en el impuesto sobre la renta estará cercano a los 200 millones de euros, "que se inyectarán en la economía en forma de consumo".

Tanto el economista como las dos representantes políticas insistieron en los efectos perniciosos que tiene la disparidad fiscal entre comunidades autónomas, que ocasiona "la deslocalización" de empresas y familias "a territorios con mejor tratamiento fiscal". Cantabria (comunidad autónoma de Ana Madrazo) fue el ejemplo que más salió a relucir a la hora de explicar a los empresarios presentes (entre ellos, representantes de la Cionfederación asturiana de la Consturcción, de diferentes asociaciones profesionales, de FADE y de Hunosa, entre otros) la propuesta impositiva de los conservadores. Según el ejemplo que reiteradamente expuso Mercedes Fernández, ante una herencia de 175.000 euros "que no es la de la Duquesa de Alba", en Asturias se pagan más de 20.000 euros y, en Cantabria, 165. "El PSOE debe entender que el cien por cien de cero, es cero".