Piedras Blancas,

Félix VALLINA

Lo de acabar de «currar» y tomarse unas cañas con los amigos hasta la hora de la cena es algo que las próximas generaciones tendrán que escuchar en boca de sus abuelos en formato «batallita». Al menos eso es lo que sostiene María Ángeles Durán, catedrática de Sociología y profesora en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que estuvo en Piedras Blancas para ofrecer la conferencia «Crisis económica y reestructuración del uso del tiempo» dentro del contexto de uno de los cursos universitarios de verano que se celebran en la localidad. Durán, expresidenta de la Federación Española de Sociología y Premio Nacional de Investigación, puso sobre la mesa los cambios que va a sufrir la sociedad mientras dure la recesión y una vez que se haya superado.

Empezó explicando una teoría con mucho peso: la crisis no sólo influye en el trabajo remunerado, también genera otras obligaciones que afectan al tiempo libre. «Con el proceso de envejecimiento que hay en España es importante tener claro que el trabajo en casa va a aumentar. La proporción de trabajo no remunerado que va a hacer falta para el cuidado de las personas mayores va a ser cada vez mayor. En situaciones de bonanza se puede dedicar mucho dinero a pagar a cuidadores para mayores o niños, pero en crisis el dinero va a ser mucho más escaso y tendremos que hacerlos nosotros». Fue rotunda: «España tiene una tasa tan baja de nacimientos que estamos en condiciones de suicidio demográfico».

María Ángeles Durán lo puso aún más crudo. «La crisis tiene un trasfondo de productividad muy fuerte y si a eso se le suma el envejecimiento hay que pensar que la jubilación a los 65 años va a ser insostenible». Durán no se quedó en eso: «Estoy segura de que se va a alargar la jornada laboral», espetó. Para ella el paro sin contraprestación también tiene los días contados. «Aquellas personas que reciban el paro tendrán que prestar servicios sociales para paliar problemas como el del envejecimiento». Las comunidades con un índice alto de trabajadores prejubilados, como Asturias, están condenadas a dar un giro de 180 grados. «España tiene demasiadas jubilaciones tempranas y eso se va a acabar».

Con ese panorama le resultó difícil animar a los estudiantes, aunque les dio algunos consejos. «Hay que buscar valores distintos a los del consumo, aprender a ser feliz con poco consumo. El éxito hay que desligarlo del triunfo económico». También tocó un tema que en Asturias siempre ha generado polémica: la emigración laboral. «Los españoles nos movemos muy poco y en momentos de crisis hay que recordar que si no hay trabajo en un sitio hay que buscarlo en otro. En otros países no piensan en quedarse en su terruño». La socióloga no quiso pasar por alto los problemas familiares que genera la crisis, aunque también dejó claro que «el indice de conflictividad sería mayor si no se contase con el apoyo familiar».