E. CAMPO

Avilés gana peso como etapa en el Camino de Santiago por la ruta norte. El albergue de peregrinos de Avilés, que dirige José María Clero, registró el año pasado un total de 5.090 peregrinos, lo que supone 540 más que en el año anterior. Este incremento constata el interés de los caminantes a Santiago de Compostela por el camino costero, que tiene a Avilés como una de sus ciudades más destacadas. El albergue avilesino, en el que el Ayuntamiento realizó obras de mejora recientemente, tiene 76 plazas, y hubo días en el verano -que es cuando recorren el camino más peregrinos- que se quedó pequeño para acoger a todos los caminantes. Según los responsables de la instalación, en la primera quincena de agosto hubo peregrinos que tuvieron que dormir en el suelo, en un sofá y un grupo de ellos fueron desviados a una pensión para que descansaran antes de reemprender la marcha.

De los 5.090 peregrinos que pasaron por Avilés, 2.511 son españoles, y el resto de otras 56 nacionalidades diferentes. Los que más, alemanes: 650. «Siempre son los que más vienen», asegura Alfredo Clero, responsable del balance. Otras nacionalidades destacadas son los franceses (358), italianos (341), polacos (212), austriacos (103), belgas (80) y británicos (79). La primera nacionalidad no europea viene a continuación: la estadounidense, con 76 peregrinos, que supera a los 67 holandeses.

Los responsables del albergue señalaron: «Vinieron peregrinos de toda Europa, incluido uno de las Islas Feroe, otro de Malta, de Islandia, Islas Mauricio, Singapur? Y de otros continentes destacan, además de los estadounidenses, los 35 canadienses, los 16 brasileños y los 10 mexicanos». Otras puntos de origen singulares son Sudáfrica, Polinesia Francesa, Corea del Sur, Japón y Nueva Zelanda. La gran novedad respecto a años anteriores es la presencia de tres iraníes: nunca antes esta nacionalidad había entrado en los registros del albergue.

Respecto a los españoles, los catalanes y madrileños superan al resto, pero por Avilés pasan caminantes de todas las provincias y también del vecino Portugal, representado por 29 peregrinos.

Las obras realizadas en el albergue permiten a los caminantes disfrutar de un servicio más adecuado, con baño de minusválidos incluido. «Ahora es un hotel de cuatro estrellas», bromea José María Clero. Estos primeros días del año se dejaron caer ya los peregrinos más madrugadores por el albergue, si bien la temporada es baja y no comenzará a repuntar hasta la entrada de la primavera.