Piedras Blancas,

Inés MONTES

La Policía Local de Castrillón, por orden de la alcaldesa, Ángela Vallina, ha intensificado la vigilancia de la circulación por el centro de las zonas urbanas del concejo, sobre todo de Salinas debido a la afluencia de camiones que tienen que atravesar la localidad para realizar el transporte entre las plantas de Asturiana de Zinc (Azsa) de San Juan y Arnao, al estar cerrado al tráfico el túnel de Arnao.

La alcaldesa, señaló ayer que está prohibida la circulación por el casco urbano de camiones de más de cinco toneladas. «La Policía Local ha incrementado la vigilancia porque los camiones que hacen el recorrido de San Juan a Arnao o viceversa pasan por el centro de Salinas. Lo primero que tenía que haber hecho Azsa es pedir un permiso especial al Ayuntamiento. Los técnicos decidirían si se podía conceder, pero en cambio la empresa incumple la normativa vial», dijo.

La carretera de Salinas a Arnao por el túnel está cerrada al tráfico desde el pasado 19 de mayo cuando se produjo un argayo en las inmediaciones de la oficina municipal de turismo de Salinas, ubicada en la avenida de Juan Sitges. También se recomienda a los peatones que eviten el paso por el tramo del paseo marítimo que discurre desde la oficina de turismo hasta La Peñona, ya que un informe técnico advierte de riesgos de más desprendimientos debido a la inestabilidad de la ladera de Pinos Altos.

El cierre de la carretera de Salinas a Arnao, además de complicar el transporte a Azsa también ha obligado al cambio de itinerario del autobús del transporte público que comunica varias zonas de Castrillón con Avilés y otros puntos de la comarca.

La alcaldesa pidió hace unos días a Azsa la reparación de la ladera de Pinos Altos por considerar que es propiedad de la empresa. Asturiana de Zinc negó tal propiedad y ahora Vallina está a la espera de tener los informes jurídicos para decidir sobre quién hará las obras.

El argayo del día 19, el último de los varios que se han dado en el talud en los últimos meses, apenas arrojó tierra a la calzada ya que la valla de protección instalada al pie de la ladera hace algunos años, frenó la caída de materiales a la avenida de Juan Sitges. No obstante, el agua y la tierra siguen arroyando.