Los cincuenta trabajadores de la empresa Ingeniería Montajes del Norte (Imsa) afectados por el accidente del mercurio que se produjo este pasado otoño en las instalaciones de la compañía Asturiana de Zinc (Azsa) acordaron asociarse para defender los derechos que consideran conculcados tanto por la dirección de la fábrica como por parte de la administración sanitaria. «Pasan de nosotros, piensan que la vida humana no tiene sentido», destacó Víctor Calota, uno de los portavoces del grupo. «Vamos a empezar a manifestarnos. Ya ha pasado el momento de seguir escuchando buenas palabras», señaló Calota. Los intoxicados son muy críticos con la manera de gestionar la crisis del mercurio tanto por parte de la empresa como por parte de la dirección general de Salud Pública. «La primera parece que la niega, la segunda sólo habla de que comemos mucho pescado», se indignó.

En este sentido, Calota aplaudió las palabras del director general de Pesca, Alberto Vizcaíno, que aseguró en LA NUEVA ESPAÑA que una intoxicación por mercurio se produce «si se come por kilos». «La nuestra es una intoxicación por ir a trabajar», recordó. Calota lamenta que la empresa «haya gastado dinero en un simulacro de un accidente de óleum y todavía no ha explicado qué pasó para que nosotros resultásemos envenenados en su fábrica». Los afectados quieren que las autoridades médicas expendan las recetas de los quelantes (antídotos) para todos los afectados. «Vamos a presentarle al consejero de Sanidad un documento en el que exigimos que sea un equipo multidisciplinar el que se ocupe de nuestras afecciones y no, como hasta ahora, una médica especialista en medicina Interna sobrepasada».