El secretario general de la UGT en Asturias, Justo Rodríguez Braga, clausuró ayer la decimocuarta edición de los cursos que organiza la central de la mano de la Fundación Cultural Asturias con un llamamiento a la movilización ciudadana en defensa de sus derechos y a la lucha de sus «compañeros» sindicalistas. «Es posible cambiar las cosas con movilización en las calles (...). Hemos cometido errores pero hemos defendido los derechos dentro y fuera de los centros de trabajo», subrayó.

Braga anunció que la próxima edición se desarrollará en Gijón y no dudó en solicitar «apoyo institucional y económico». «No somos una gran compañía ni tenemos patrocinadores: la Fundación Príncipe de Asturias tiene más proyección mediática. Hay que empezar a luchar y a trabajar por las instituciones que merecen la pena y que tienen futuro», planteó Braga, que también incidió en el oscuro futuro de la educación pública española. «El Opus, una secta, se está preparando para poner en marcha la Universidad privada en España, un peligro para el futuro de este país», sentenció.

Le acompañaron en el acto de clausura el concejal de Promoción Económica, Pedro García; la presidenta de la Fundación Cultural Asturias, Carmen Caballero; la consejera de Educación, Ana González; el vicerrector de Extensión Universitaria de Universidad de Oviedo, Vicente Jesús Domínguez García, y el director académico de la Escuela de Verano de UGT, Oscar Rodríguez.

El vicerrector se remontó a Clarín, Rafael Altamira y Aniceto Sela para concluir que «la regeneración» (la Escuela se desarrolló bajo el lema «Regenerar, una necesidad») «empieza en una educación pública que no sea vista como una fuente de ingresos para el Estado» mientras que la Consejera, que realizó varias referencias literarias, defendió que «no podemos salir de la crisis negando las conquistas que habíamos logrado». «Después de la tempestad», dijo en referencia a la crisis económica, social y política, «viene la calma, que no es más que vivir con dignidad y sin miedo». Oscar Rodríguez destacó que «sin los estudiantes universitarios esta escuela de verano no podría ser lo que es, un punto de encuentro entre trabajadores, dirigentes sindicales, profesores, alumnos, gente de empresa, de la investigación y de la docencia».