Luanco,

Illán GARCÍA

El Alcalde, Ramón Artime, tiene previsto convocar este mes un pleno de la mancomunidad del cabo Peñas para debatir el futuro del ente que comparten los ayuntamientos de Gozón y Carreño. El regidor gozoniego está dispuesto a llegar hasta donde haga falta para solucionar lo que ya es un problema para su Ayuntamiento, sobre todo económico.

Artime asegura que tiene que ser el Ayuntamiento de Carreño, dirigido por el socialista Ángel Riego, el que mueva ficha para reorganizar el órgano supramunicipal; de lo contrario, Gozón actuará de manera autónoma para aplicar los cambios que estima necesarios en la mancomunidad y que pueden derivar en una posterior salida de los gozoniegos del ente. "Miren a la mancomunidad Comarca Avilés y como dice el refrán, cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar", manifestó Artime. El Alcalde de Gozón anunció que como presidente de turno de la mancomunidad del cabo Peñas convocará un Pleno para debatir la propuesta realizada por Gozón hace ya varios meses: "Esa sesión se realizará antes de que acabe el mes".

Un asunto que todavía queda pendiente antes de debatir o no el futuro del ente supramunicipal es qué pasará con la deuda que mantiene Gozón con el organismo. Según Riego, ese montante ronda los 277.000 euros. Para Artime, el pago de esas facturas no se ejecutará hasta que el Alcalde de Carreño responda a su solicitud de reorganizar la mancomunidad. Mientras ese dinero siga sin llegar a las arcas del organismo comarcal, la mancomunidad tendrá dificultades para pagar los sueldos de los trabajadores, como manifestó Ángel Riego hace un par de semanas. Esos impagos también provocan que las empresas que se encargan de gestionar las piscinas de Antromero no hayan percibido sus últimos emolumentos

La intención del PP de reorganizar la mancomunidad del cabo Peñas surge después de aprobar el plan de ajuste económico ministerial. En un principio, el gobierno popular preveía un recorte de 180.000 euros de los 440.000 que cada concejo aporta anualmente. Con esa cifra de gasto como tope, el PP diseñó un plan para la mancomunidad que implicaría la reducción de servicios "para evitar así duplicidades". Ambos concejos llegaron incluso a acordar un reparto asimétrico del dinero, es decir, que cada municipio pagaría por los servicios que desearía mantener de cara al futuro. Sin embargo, de este presunto acuerdo inicial ahora no queda nada.