El sello de calidad "Marañuela de Luanco", incluido en la marca regional "Alimentos del Paraíso", va tomando forma. La mayoría de los productores del postre típico luanquín son favorables a adherirse a la marca y, con ello, a pagar 190 euros para abonar los controles de verificación necesarios para que el proceso comience a caminar. Durante el primer año, las confiterías que así lo acrediten recibirán una ayuda municipal, aún por determinar. "Nos parece perfecto, dará prestigio y reconocimiento a algo artesano como es la marañuela". Habla Beatriz Ruiz, de una céntrica confitería luanquina, una de las defensoras del sello de calidad "desde el principio".

"Es necesario distinguir ese producto, para que se haga como tiene que hacerse. Además, la marañuela la hacemos en dos concejos que estamos unidos en la elaboración de un postre que tiene su origen en los marineros, vamos a dejarnos de historias de a ver quien hizo la primera marañuela", abunda la confitera desde su obrador en la calle Gijón. Mientras Ruiz confecciona el dulce típico local acompañada por su compañera Maika Álvarez, Ñajo Gutiérrez introduce bandejas y bandejas en el "único horno de leña que existe en Luanco".

La responsable de una confitería ubicada en la calle Ortega y Gasset de Luanco, Ana Feito, también es partidaria de que sus marañuelas formen parte del sello de calidad de Alimentos del Paraíso. Está dispuesta a abonar los 190 euros para unificar todas las recetas del postre típico. Su deseo es que una vez que la marca "Marañuela de Luanco" comience su distribución "sirva para mejorar las ventas" y también para "que el producto gane fama". Esta confitería luanquina cuenta además con otro negocio en Candás, que en ese caso se adherirá al sello "Marañuelas de Candás".

Inmaculada Álvarez es responsable de un negocio situado en la calle San Juan, aún mantiene dudas sobre si sumarse o no a la marca. Conoce los pasos a dar, que tiene que abonar 190 euros para que sus piezas sean similares a las del resto de la marca, sin embargo no lo tiene claro. Por ello, Álvarez prefiere ser prudente y esperar a la próxima reunión con el Ayuntamiento y la Unión de Comerciantes para solventar sus dudas. Ese encuentro será a finales de abril. Santiago Pizarro, otro repostero, también se felicita por la llegada del sello de calidad para el producto típico.

Quien también lo tiene claro es José Francisco Avendaño, que decidió no sumarse al sello de calidad. "Casi no hago marañuelas, si hiciera un gran volumen seguramente sí me sumaría, pero así no me compensa", expresó el productor de marañuelas, que se dedica casi exclusivamente a la venta de pan.