El Vallín (Morcín), J. VIVAS

Una cerveza artesanal para celiacos, libre de gluten. Ese es el proyecto que el empresario morciniego Jorge Álvarez Pérez pondrá en marcha con respaldo del programa de desarrollo rural «Leader» de la Montaña Central, una idea innovadora que podrá ser una realidad dentro de muy poco. Su interés por los celiacos no es nuevo, el empresario también cuenta con una tienda de golosinas para estas personas en Oviedo. «La hermana de una persona con la que trabajo es celiaca, vi que muchas personas con ese problema, que son golosas, lo tenían muy mal para encontrar dulces que no les hicieran daño y decidí abrir la tienda», señaló Jorge Álvarez.

A la preocupación por los celiacos se sumó su afición por la cerveza y decidió presentar su proyecto al plan «Leader». La iniciativa, que precisa de una inversión de 146.896 euros, contará con una subvención de casi 66.000. El proyecto consiste en rehabilitar una antigua cuadra de El Vallín, en Morcín, y convertirla en una pequeña fábrica de cerveza. «No es necesario mucho espacio para la fábrica, a pesar de lo que la gente piensa, ya que la producción semanal será sólo de unos 1.000 litros», explica. Su objetivo pasa por lograr producir unos 5.000 litros de cerveza al mes, «sólo así conseguiremos que salga rentable nuestra cerveza artesanal».

La cerveza para celiacos está hecha con maíz en lugar de cebada. Esta característica supone para el empresario un punto más a su favor, ya que es un cereal usual en los cultivos de la región. «La cebada hay que comprarla fuera, pero el maíz no, con lo que conseguimos también el objetivo de que la mayor parte de la materia prima empleada para nuestra cerveza sea de origen asturiano», destaca.

Además de la producción de cerveza para celiacos, Jorge Álvarez también pretende producir cerveza de cebada e ir añadiendo otros ingredientes, como la castaña o la avellana, «porque la cerveza se puede hacer con casi cualquier ingrediente, también quiero organizar pruebas de cerveza en este paraje», asegura.

El empresario espera poder iniciar las obras de rehabilitación en unas semanas. «El "Leader" nos da un plazo de ejecución de 18 meses, pero yo espero empezar lo antes posible con las obras», afirmó. De cumplirse las previsiones, la factoría de cerveza estará en funcionamiento en octubre de este año.

La afición por la cerveza (más que por su consumo, por su fabricación) le llegó a este morciniego hace un año. «Hacía sidra casera, pero preferí meterme a hacer cerveza, así que me dediqué a hablar con otros productores de cerveza artesanal, como los de Liérganes en Cantabria, o los de La Caleya, en Sobrescobio, para ver cómo podía montar la empresa», explicó. De hecho, «hice algunas pruebas que no salieron nada mal, lo que me animó a presentar este proyecto».

El único inconveniente, tal y como señala, es la dura competencia de las marcas de cervezas populares, que le obligará a pelear en precio. «No podemos estar en el mercado con una cerveza a tres euros cuando Mahou te las da a dos, tenemos que buscar un precio algo más ajustado, aunque lo veo muy posible», señala. De momento, el empresario controlará la distribución de su producto, lo que le supondrá un ahorro. «Ya tengo apalabrados algunos encargos, así que espero no tener problema», señaló con confianza.