Candás, B. F.

El desplome de la fábrica de Ortiz y su posterior demolición suponen un nuevo varapalo a la memoria conservera candasina. Si el pasado año se cerró la fábrica de Albo y se anunció el cierre de la de Remo -las dos últimas fábricas activas en el municipio-, 2010 comienza con la desaparición de la planta industrial de la fábrica de Ortiz. Curiosamente, ésta era la única de las fábricas conserveras que tenía asegurada su presencia en el futuro, puesto que ya había sido diseñado un proyecto de reforma para convertir la planta en un museo de la conserva. La idea museística continuará adelante, según el Gobierno, pero la fábrica ya no podrá ser reformada. En tal caso, reconstruida, algo que sería posible, no obstante, puesto que, según aseguró el arquitecto del proyecto museístico, Rogelio Ruiz, se recoge cada detalle de la edificación ahora desaparecida.