Vega de Anzo (Grado),

Lorena VALDÉS

Los vecinos de los núcleos moscones de Vega de Anzo, La Caborna y Sobrepeña cruzan los dedos cada vez que van a abrir los grifos en sus casas. Los continuos cortes en el suministro de agua que sufren en los últimos meses les traen de cabeza. La última interrupción en el servicio se produjo este martes a las cuatro de la tarde y no se volvió a restablecer hasta ayer por la mañana, después de que los operarios llenasen con cubas el depósito. Los usuarios lamentan «la inestabilidad del servicio y que la empresa no nos avise previamente».

El problema de la falta de agua en estos núcleos, ubicados a tan sólo cinco kilómetros de la villa moscona, persiste desde el pasado verano, cuando los vecinos llegaron a estar cuatro días sin suministro a causa de varias averías en la cercana cantera de Llera. A finales de año, los usuarios volvieron a sufrir otro corte importante que se prolongó durante casi 24 horas.

El corte producido esta semana ha terminado por desesperar a los vecinos. «Llamamos a la empresa y nos dijeron que tenían una avería localizada en Vega de Anzo y que la estaban arreglando, pero no nos dieron plazos, vivimos en una continua incertidumbre», explica José Álvarez, vecino de La Caborna.

El presidente de la Asociación de Vecinos de Vega de Anzo, Aquilino Caramés, afirmó que «es una pena que nadie tome medidas para que se solucione este problema. Tras el incidente del verano, el alcalde, Antonio Rey, nos pidió perdón pero sólo con disculpas no se arregla esta precaria situación que vivimos». Caramés también reprochó a la empresa que no haya tenido ninguna consideración con los afectados en los recibos. «Cuando vuelve el agua su calidad es pésima, llega llena de barro, pero hay que pagarla igual».

Para los hosteleros de la zona estos cortes suponen un gran perjuicio. «Si en una casa ya es complicado arreglarte sin agua, no te quiero ni contar en un bar las dificultades que tenemos para fregar los vasos y la vajilla. Al mes sufrimos dos o tres cortes», denuncia José Ángel Campa, propietario de Angelina Bar. El hostelero concluye que «desde que Asturagua se ha hecho cargo del servicio la situación ha empeorado».