Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

La llegada del buen tiempo empuja a los vecinos de Candás a pasear por su entorno natural y a apercibirse de defectos que pasaban desapercibidos durante el invierno. Es el caso de la playa de Rebolleres, al que le ha crecido hierba por debajo de su típico grijo, según denuncia la Asociación de Vecinos de Candás. Además, la asociación vecinal también se queja de que en la ladera de la cala comienzan a aparecer bolsas de basura, por lo que conmina al Ayuntamiento a proceder a la limpieza de la zona.

«Poco a poco la ladera de Rebolleres se va poblando de residuos que no se retiran y que están convirtiendo las inmediaciones de la playa en un vertedero», afirma el portavoz del colectivo vecinal candasín, Luis Fernández. De hecho, antes de que la cala de Rebolleres fuese acondicionada como playa para el baño, en 2009, con la instalación de iluminación, duchas, unos accesos, y un solárium, entre otras cosas, el lugar ya presentaba un aspecto descuidado. Hasta buena parte de los años 80, además, era un vertedero habitual.

Con la reforma que practicó el año pasado la Demarcación de Costas en Asturias se dejó atrás la vieja imagen de la playa. Si en un principio estaba previsto actuar sobre la ladera para crear un acceso peatonal y eliminar los elementos no deseables, restos del vertedero y alguna construcción, las obras dieron un paso adelante para devolver el antiguo esplendor a la zona, acondicionándose además para el baño. Con anterioridad a los años 80, Rebolleres había sido una de las playas más concurridas del concejo.

«La playa de Rebolleres recibe a los primeros vecinos y visitantes estos días, y pone al descubierto la necesidad de acondicionamiento y limpieza de su arenal y entorno, algo que no se ha hecho desde el final del pasado verano», explica Fernández, desde cuya asociación se ha transmitido al Ayuntamiento la necesidad de actuar sobre la zona. «La pación va invadiendo el arenal, lo que sumado a las bolsas de basura ofrecen una imagen desagradable de Rebolleres», concluye el portavoz.

Las obras desarrolladas a principios de 2009, tras numerosas peticiones por parte de la asociación de vecinos, comprendieron la creación de un paso de un metro y medio de ancho que discurre desde el paseo de San Antonio hasta el propio arenal. Una de las actuaciones más destacadas en la adaptación de la cala de Rebolleres para el baño fue la instalación de un solárium. Una tarima de madera colocada sobre la playa, en una zona donde prima el grijo sobre la arena y en donde más horas de luz recibe la playa, con el fin de que los bañistas puedan depositar sobre ella sus toallas.