Los hosteleros de Candás consideran «inexplicable» que, teniendo en cuenta el incremento sancionador de la Policía Local, el Ayuntamiento haya restablecido las líneas amarillas en el casco urbano de la villa. Los comerciantes y hosteleros denuncian que se han pintado nuevas líneas amarillas y se han engrosado las que ya existían, aunque fuentes de la jefatura de la Policía matizaron ayer que «no se ha pintado ninguna línea que no existiera ya», informa B.F. Según indicaron, hacía tres años que no se restablecía el color de las señales horizontales.

Candás, B. FERNÁNDEZ

Los comerciantes y hosteleros de Candás han dicho basta ante el incremento de multas de tráfico desatado por el conflicto salarial que enfrenta a la Policía Local con el Ayuntamiento. Esta presión policial sobre los vecinos está «poniendo en peligro» sus negocios, según denuncian, y han decidido pasar a la acción: han efectuado una recogida de firmas para apoyar la causa y se han movilizado para encontrar una solución, involucrando a todo el concejo. Ayer se reunieron con el alcalde, Ángel Riego, para pedirle, entre otras cosas, que se reduzca el número de líneas amarillas en las calles de Candás, permitiendo así la aparición de nuevos espacios de estacionamiento y evitando, al mismo tiempo, el incremento sancionador.

«No podemos seguir en esta situación, con una actuación de la Policía Local que perjudica de forma especial a nuestros clientes», explicaron ayer portavoces de la plataforma espontánea creada por los comerciantes y hosteleros de Candás para evitar que el conflicto de las multas afecte a sus negocios. Y es que, si bien la multiplicación de las multas tuvo su momento álgido durante el verano de 2009, con posterioridad la cifra de sanciones de tráfico se ha mantenido en cotas elevadas, pese a que el efecto coercitivo provocó una reducción de las mismas con respecto al verano.

«Los clientes nos llaman una y otra vez para quejarse de la situación que viven cuando llegan a Candás y ahora muchos optan por ir a La Calzada o a ParqueAstur», explicaron. La situación es tan grave que algunos, como Inés García, quien regenta un comercio en la villa, hablan de «un 50 por ciento menos de ventas desde que comenzó el incremento de las multas».

Con respecto al conflicto salarial entre el Ayuntamiento y los agentes locales, los comerciantes afirman que «no podemos aceptar ser rehenes de las reclamaciones de los policías, cuyo salario pagamos con nuestro trabajo». La crisis pone en peligro sus negocios, sostienen, pero lo que les parece «inadmisible» es que «un colectivo utilice la autoridad que la sociedad les da en su beneficio» y que esto empeore la situación. Tal es así, que ayer solicitaron al Alcalde que considere la eliminación de las líneas amarillas que «no sean realmente imprescindibles». De hecho, obtuvieron el compromiso del regidor de atender, en los próximos días, su propia propuesta de supresión de las señales horizontales.

Los comerciantes también le pidieron a Riego una reunión con el Jefe de la Policía Local y, sobre todo, «que busque una solución inmediata, de cara al verano, para habilitar un aparcamiento en Candás». A este respecto, le sugirieron dos alternativas: el corte de un carril del paseo marítimo para habilitarlo como aparcamiento o el uso con ese fin de la explanada de Ortiz hasta que den comienzo las obras del museo de la conserva.