Leceñes (Siero),

Franco TORRE

La casona de Leceñes, un conjunto arquitectónico fechado en 1716, acoge este fin de semana la muestra «Valdesoto d'antañu», una iniciativa de la asociación cultural y de festejos Santa Apolonia, de Leceñes, que trata de recrear la vida en la parroquia sierense a principios del siglo XX.

Como es norma en todas las actividades que se desarrollan en Valdesoto, los vecinos se han volcado con la muestra, plagada de representaciones teatrales y demostraciones de juegos, tareas y oficios tradicionales para disfrute de los visitantes.

Hasta 19 piezas de teatro costumbrista, desarrolladas e interpretadas por los propios vecinos, se representan a lo largo del día. «La dote», «El buhonero», «Alcuentros cola Guardia Civil y el cura», «Riñes vecinales» o la aparición de los imprescindibles Sidros son algunas de las pequeñas piezas teatrales que cada media hora se representan en la casona de Leceñes. Todas las piezas tienen un carácter cómico y profundizan en la recreación de ambientes y situaciones de hace un siglo que marca toda la muestra.

En paralelo a las representaciones teatrales se desarrollan las llamadas «Estampas típicas», demostraciones de juegos, tareas y oficios tradicionales que los vecinos de Valdesoto recuperan ante el público: catar, cabruñar, segar, la tira de bolos, esquilar, limpiar una cuadra o uncir las vacas son algunas de las veintitrés estampas recreadas en la casona de Leceñes.

Precisamente, la propia configuración de este conjunto arquitectónico facilita el desarrollo de la muestra. Con una vivienda construida con técnica tradicional como edificio principal, la finca contiene, además, una panera, una cuadra, un patio y una bolera asturiana. Estas dependencias sirven para escenificar buena parte de las piezas teatrales y las estampas tradicionales.

La muestra se completa con un mercado de artesanía y varios puestos de productos tradicionales, que se disponen en el prau de la finca, además de una demostración de cocina «de la dómina». Y en la parte baja del prau se ha colocado una taberna, en la que los visitantes pueden tomar un culín de sidra.

Asimismo, el prau de la finca y otros terrenos anexos albergan parte de las representaciones, como la siega, que no se vinculan a la casona. Otro terreno vecino sirve como aparcamiento, lo que facilita la afluencia de visitantes.

«Valdesoto d'antañu» se inauguró ayer con una gran afluencia de público. La muestra celebra hoy su última jornada de la edición de este año. La casona de Leceñes abrirá sus puertas a las once de la mañana, y durante las nueve horas que dura la jornada, hasta su cierre definitivo a las 20 horas, los visitantes podrán viajar al pasado y ver cómo vivían «los güelos de los tos güelos», tal como anuncian los propios vecinos de Valdesoto.