Los análisis revelan que el suelo de la finca de Guimarán objeto de vertidos incontrolados de escombro y metales pesados durante la última década no está contaminado. Según el expediente en curso en la comisión de investigación abierta al respecto en el Ayuntamiento de Carreño, el Principado de Asturias realizó en los meses de marzo y junio de este año dos análisis, cuyos resultados, que no habían sido hechos públicos hasta ahora, aclaran que no hay riesgos contaminantes para las aguas y el entorno de la finca afectada por los vertidos, que sumaron 50.000 metros cúbicos.

El primero de los análisis fue realizado por el laboratorio de Cogersa en marzo de este año, siendo, según los técnicos, "muy completo por los parámetros analizados", y sus resultados "han sido normales, sin presencia ni indicio alguno de anormalidad que haga sospechar algún tipo de contaminación".

El segundo de los análisis no deja tan satisfechos a los técnicos, ya que, aunque "da unos parámetros normales del agua, se trata de un ensayo muy básico". Este análisis ha sido realizado por la empresa Anaqua SL, en junio de este año, después de que el Principado decidiese investigar lo ocurrido con el vertido de grandes proporciones de Carreño.

Por último, ya se conocen también los detalles del informe técnico encargado por la comisión de investigación sobre el vertedero, y coinciden con lo que determinan los análisis del Principado: no hay riesgo de contaminación en el foco del vertido, ni en las viviendas de los alrededores. Según el informe, "la contaminación que se puede generar de la masa de vertidos existente es muy baja o nula", si bien se muestra cauto a la espera de poder contrastar los datos recabados con un análisis del agua de lluvia filtrada en la tierra, para lo cual deberá esperarse, pues el análisis se realizó durante el verano, con la tierra casi seca.

Para llegar a la conclusión de que los riesgos de contaminación del medio ambiente en la finca de Guimarán son tan bajos o nulos los técnicos realizaron exploraciones durante el verano, con catas de hasta tres metros de profundidad, mediante excavación con una pala. Estos agujeros en la tierra revelaron múltiples acumulaciones de residuos de demolición y tierras, pero no de compuestos peligrosos. No obstante, se deja abierta la posibilidad a que haya otro tipo de residuos en estratos más profundos, ya que, según los informes policiales, se vertieron también metales pesados.