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Carreño

La chatarra se vuelve arte en Candás

El Instituto Universidad Laboral de Gijón creará una muestra sobre la I Guerra Mundial con los instrumentos que fueron robados a la Banda de Música

Por la izquierda, Silvia Prendes, Anthony Oca, Esther Nieuwburg, Alicia Tuya, Jesús Moreta, Laura Galán, Pablo Sobrino, Cristina Solares, Jaime Guisasola, Itziar Quintana y Laura López, junto a los instrumentos, el hueso gigante y las calaveras, en su clase del Instituto Universidad Laboral de Gijón. | mónica g. salas Mónica G. Salas

Los instrumentos valorados en 7.700 euros que fueron robados a la Banda de Música de Candás el pasado mes de noviembre y que aparecieron días después entre chatarra y completamente destrozados pasarán a convertirse ahora en una obra de arte relacionada con la I Guerra Mundial. Los alumnos del taller de Volumen del Bachillerato de Artes del Instituto Universidad Laboral de Gijón han decidido incorporar el material de la agrupación musical en el programa educativo europeo "Comenius", del que será sede el centro del 28 de marzo al 5 de abril y que girará en torno a la violencia.

En este contexto, los instrumentos servirán para ilustrar las agresiones que se producen diariamente en el mundo. "Ya no hay grandes guerras, pero en cambio sigue habiendo conflictos. Lo que pretendemos con ello es mostrar que no sólo existe una violencia del Estado, sino también otra ciudadana, entre nosotros mismos, que incluso puede llegar a ser tan peligrosa como la otra. Y el robo a la banda escenifica precisamente esa realidad. Es decir, cómo unas personas son capaces de vender por 40 euros un material que tiene un valor económico mucho más alto, además de simbólico", explica el profesor de Arte Jesús Moreta.

Para ello, los alumnos crearán una exposición didáctica, que abrirá la jornada central del programa el día 1 de abril y en la que, según se prevé, intervendrán los integrantes de la banda de música local. "La idea es mostrar los instrumentos destrozados y que los músicos vayan tocando al mismo tiempo uno a uno. De esta forma, los espectadores apreciarán cómo era antes ese material y en qué quedó tras el asalto: en la más absoluta chatarra", precisa Moreta.

Al margen de este actividad, se creará una escultura temporal en el instituto con el instrumental robado a la entidad candasina, en la que se recogerá la descripción de cada uno de ellos: fliscornos, cornetas, saxofones altos y saxofones tenores, así como las noticias que fueron publicadas por LA NUEVA ESPAÑA sobre el seguimiento del suceso. Se trata, en definitiva, de "aprovechar ese recurso para ilustrar un hecho y a la vez hacer una obra de arte, pero de carácter temporal, ya que luego queremos devolverles los instrumentos a la banda. Entendemos que esto para ellos es algo importante", manifiesta Moreta.

Por su parte, el presidente de la agrupación de Carreño, José Miguel Karrera-Génova, se muestra encantado con el enfoque artístico que el centro gijonés ha dado al material que hasta ahora ha servido para ser mostrado al público en una vitrina durante sus conciertos en la antigua fábrica Ortiz de Candás.

"La idea es fantástica; nos presta por el alma. Y si económicamente podemos, asistiremos todos los músicos a la presentación de la obra", afirma Karrera-Génova, que señala además que, una vez concluida la exposición en Gijón, el material regresará al concejo para quedarse en su sede. "Tirar no lo vamos a tirar. Y si lo quieren para exhibir en el centro polivalente La Baragaña o en algún otro sitio, por nuestra parte no hay problema", agrega.

La iniciativa de incorporar los instrumentos candasinos al programa europeo la tuvo una de las alumnas del taller de Volumen, Esther Nieuwburg, muy vinculada a la agrupación por medio de sus padres, que son músicos e integrantes de la entidad. "Me lo planteó y nos pareció una buena idea para ampliar el concepto de violencia", expresa el responsable de la sección de Arte, que también dentro del proyecto "Comenius", adelanta que está realizando con los doce alumnos que componen el curso un túmulo con calaveras y un hueso gigante, que representa el bastón de mando, en memoria de todas las víctimas que fueron presa de grandes guerras.

Esta escultura, al igual que la exposición de la Banda de Música de Candás, será contemplada por alumnos de varios países de Europa. En concreto, de Grecia, Portugal, Turquía, Italia y Francia. Cada uno de ellos llevarán a Gijón sus propios trabajos sobre la I Guerra Mundial y que tienen por título la típica expresión francesa "Nunca más como en el 14". En el caso del Instituto Universidad Laboral, aparte del proyecto artístico, también hay otros muchos relacionados con la historia, el cine, la música, el teatro, la pintura... "Todos los departamentos se han volcado en ello y colaboran al igual que los alumnos. En el programa hay jóvenes de 12 a 18 años", comenta Yván Pozuelo, profesor de Francés e impulsor del plan "Comenius".

La relación de este centro de enseñanza con Carreño no es nueva. Ya el año pasado los componentes del taller de Volumen colaboraron con el Museo Antón de Candás a través de una exposición que acogió la villa marinera los meses de mayo y junio. Y no sólo eso, sino que aspiraron a llevarse la beca "Antón" de creación escultórica, que para este curso ha recaído en manos de la artista catalana Stella Rahola. "Habíamos presentado un proyecto relacionado también con la violencia y en el que nos referíamos a Candás como ciudad de la paz. Pero como no salió hubo que adaptarlo todo a este trabajo europeo", aclara Jesús Moreta. En ese proyecto, que no descarta llevar de igual forma a Carreño, tiene ahora un papel protagonista el instrumental de la banda de música, que paradójicamente por ser robado y reducido a chatarra es hoy un objeto de arte.

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