La celebración de San Blas en Piedeloro siempre se hace por partida doble. La primera de ellas es la tradicional misa y procesión que recorre el entorno de la iglesia y la otra, el cumpleaños de Edelmira González Balsinde, que ayer sopló 93 velas. "Ahora vivo en Candás, pero soy de Piedeloro, de eso no hay ninguna duda", expresó la mujer, que se incorporó tarde a la procesión tras quedarse a conversar con otras vecinas de la parroquia.

Edelmira González fue parca en palabras, quizá por la emoción de volver a la fiesta invernal de su pueblo y porque minutos después de la procesión partió de la quintana de la iglesia acompañada por su hermana y su cuñada. En las fiestas sacramentales de agosto, González Balsinde, de Casa Perucho, se suele reunir con todos sus familiares en una gran comida en la que participan decenas de personas.

La misa fue puntual, al mediodía comenzaron los oficios religiosos. Julián Rodríguez, subido al tejado del templo, hizo repicar las campanas tras la homilía y así anunció el inicio de la procesión, que recorrió el perímetro de Santa María de Piedeloro. Mientras sonaban las campanas, el gaitero Iván Rionda y la tamboritera Inés Fernández abrían paso al santo portado por cuatro costaleros, uno de ellos Gabino González, presidente de la asociación de ganaderos de la parroquia.

Tras la procesión, los feligreses volvieron de nuevo al templo y minutos después se trasladaron al centro de iniciativa rural de Piedeloro para asistir a un pincheo. Allí, Gabino González anunció que los vecinos de la parroquia degustarán una comida de hermandad el próximo sábado día 13 en un conocido restaurante de Santolaya de Nembro, en Gozón. Durante esa jornada, los vecinos entregarán unas placas al hombre y a la mujer de más edad y también al niño más joven. Gabino González no quiso desvelar los nombres de los afortunados aunque sí emplazó al resto de habitantes en esta parroquia rural de Carreño a asistir a una comida "especial, a la que asistirá mucha gente". El ágape comenzará poco después de las dos de la tarde y, ya con el estómago lleno, los miembros de la asociación de Piedeloro prevén entregar las placas pasadas las cinco.

Así que en Piedeloro, San Blas se celebra por partida doble, primero para celebrar cada año el aniversario de Edelmira González Balsinde y también para honrar a un santo que fue conocido por sus dotes de curación milagrosa, que aplicaba tanto a personas como a animales.