La Policía Nacional ha detenido a un varón, vecino de Lugones, por su presunta participación en los incendios provocados que se sucedieron en la localidad en el último mes, causando cuantiosos daños materiales y la muerte de decenas de animales. Esta detención se une a las dos practicadas el lunes, un matrimonio también residente en la localidad, y supone además la culminación de la investigación policial en torno a esta serie de incendios.

El reo fue detenido ayer, aunque los agentes de la Policía Nacional de la Comisaría de Pola de Siero le seguían la pista desde el inicio de las pesquisas. De hecho, fuentes policiales precisan que esta persona es allegada del matrimonio detenido el lunes, al que presuntamente ayudó a la hora de preparar y ejecutar estos incendios, que motivaron una gran inquietud en la localidad. Unas acciones que, según confesó la mujer detenida a los agentes, realizaron para vengarse del Ayuntamiento de Siero por haber retirado unos anexos de su vivienda.

Los tres detenidos están acusados de varios delitos de daños ocasionados por diversos incendios. El primero se registró en la madrugada del 5 de mayo, en un aparcamiento público de la avenida de Oviedo. Los detenidos presuntamente prendieron fuego a un autobús que estaba allí estacionado, y que resultó completamente calcinado.

Ese mismo aparcamiento sería escenario de un nuevo incendio en la noche del 17 de mayo. En este caso, los daños se produjeron sobre una furgoneta de reparto. Esa misma noche, además, los tres detenidos también prendieron fuego, presuntamente, a una caseta con aperos de labranza de la zona de La Ería. Un fuego que, además de los daños materiales, provocó la muerte de quince gallinas y veinticuatro conejos. A los detenidos también se les atribuye la quema de varios contenedores situados en diversos puntos de Lugones.

Para esa fecha, la investigación policial ya estaba bastante avanzada. Merced a las declaraciones de diversos testigos, la Policía Nacional logró concretar que los autores eran dos hombres y una mujer. Por su rapidez para dejar el lugar de los hechos, además, se creía que eran de Lugones.

En virtud de la ausencia de un patrón en los incendios, los agentes que llevaban la investigación trazaron la hipótesis de que el objetivo final de los pirómanos era crear alarma social en la localidad, algo que estaban consiguiendo. Con esa premisa, se dirigieron a vecinos y comerciantes, y también a la Policía Local, para contrastar datos y perfilar posibles sospechosos. Esas reuniones permitieron a los investigadores trabar conocimiento de la sanción urbanística que habían sufrido los ahora detenidos, y comenzaron las indagaciones en torno suyo. Una sospecha reforzada además al comprobar que uno de los sospechosos tenía antecedentes por incendios provocados.

El incendio del 17 de mayo, además, proporcionó a la Policía Local una prueba clave: una grabación en la que se veía a los tres detenidos dirigirse, con cajas y papeles, al aparcamiento donde ardió la furgoneta, apenas unos minutos antes de iniciarse el fuego. Aunque la Policía Nacional ya tenía controlados a los sospechosos días atrás, las pesquisas continuaron con total cautela y sin anticipar el sentido de las investigaciones ante el temor a que el trío pudiese huir, en el caso de sentirse cercado. Los tres han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Pola de Siero.