El Plan General de Ordenación (PGO) de Noreña no corre riesgo de ser tumbado ni de tener que ser redactado de nuevo, según indican los responsables de la información pública que se cerró el pasado 20 de junio, quienes aseguran que durante los dos meses que duró el proceso se presentaron 85 alegaciones "poco sustanciales" que podrían ser satisfechas con pequeños cambios.

Del total de las alegaciones presentadas, 74 correspondieron a particulares, "entre los cuales se encuentran varios empresarios cárnicos", mientras que las once alegaciones restantes fueron presentadas por diferentes organismos de las administraciones públicas cuyos terrenos o intereses se ven afectados por el contenido del plan.

Según estos mismos responsables, el mayor número de alegaciones corresponde a particulares que solicitan salirse de algunas unidades de actuación que actualmente se encuentran paralizadas y sin visos de ser retomadas ante la quiebra de las promotoras encargadas de llevarlas a cabo. "La gente pide fraccionar las unidades para favorecer su desarrollo a nivel particular", señalan los encargados de informar sobre el plan.

Estas demandas mayoritarias se unen a las presentadas por buena parte de las industrias cárnicas de la zona urbana, que reclaman una calificación del suelo que les permita ampliar sus instalaciones y mejorar unos accesos que, en algunos casos concretos, son muy deficientes a la hora de dar entrada a grandes camiones que transportan la mercancía.

Del mismo modo, formaciones políticas locales, como IU, presentaron también alegaciones que van orientadas a los inmuebles que podrían quedar fuera de la ordenación, generando posibles problemas a sus propietarios, así como a la ausencia de reserva de suelo para la construcción de viviendas protegidas o la incompatibilidad del estudio económico del plan con la situación de las arcas municipales.

A pesar de la existencia de estas y otras muchas alegaciones, tanto técnicos como miembros del equipo de gobierno consideran que gran parte de las mismas podrán ser atendidas y las restantes no supondrán un mayor escollo para sacar adelante definitivamente un texto cuya elaboración se puso en marcha hace ocho años.