Las investigaciones de los yacimientos de la Carisa siguen adelante, a pesar de la falta de financiación para las excavaciones. Los expertos del enclave están trabajando en un nuevo estudio sobre las distintas ocupaciones que albergaron los montes que separan Aller y Lena y ya pueden adelantar una novedad sobre los campamentos romanos. Los expertos aseguran que, tanto las fortificaciones de L.lagüezos como el de Curriel.los, tuvieron actividad en dos momentos distintos de la romanización de Asturias: durante la conquista para asegurar la entrada de las legiones y después de las guerras astur-cántabras como lugar de vigilancia y asentamiento de los conquistadores. Este dato, afirman, es una prueba contundente de la importancia de la zona como lugar clave para la estrategia bélica de la romanización de la región.

Los expertos coinciden en que los yacimientos se ocuparon hasta en dos ocasiones, pero los datos sobre cómo se fraguaron las ocupaciones han generado cierto debate entre los arqueólogos. Jorge Camino, director de la primera campaña que tuvo lugar en la zona y que sacó a la luz el campamento de Curriel.los y las murallas astur-visigodas de Homón de Faro, afirma que los romanos desmontaron parte de los yacimientos y los volvieron a construir después de una década. La primera ocupación se habría producido en torno al año 26 antes de Cristo y la segunda después del 22 antes de Cristo, cuando terminaron las guerras astur-cántabras.

Camino sustenta su opinión en una afirmación rotunda: "Los romanos no dejaban sus yacimientos sin vigilancia y es muy difícil que destinaran a varios legionarios para el mantenimiento de unos campamentos que no estaban ocupados y que aún no sabían si iban a volver a ocupar", asegura. Según su versión, "lo más factible es que los legionarios derruyeran una parte de los yacimientos, muy probablemente el acceso y las entradas, y más tarde la volvieran a construir". Esta táctica, añade Camino, habría sido empleada en Curriel.los y en L.lagüezos.

El primero es el campamento más grande de la Carisa. Toda una joya patrimonial que tuvo hasta cinco ampliaciones. Su ocupación fue larga y en una última fase se construyeron barracones que podían ser utilizados por los legionarios que realizaban labores mineras en la zona. Llegó a albergar a cinco mil legionarios y tenía una fortificación defensiva "ejemplar". Tanto, que algunos expertos sitúan en el entorno de Curriel.los la rebelión astur, documentada en el 22 antes de Cristo.

L.lagüezos era más sencillo, aunque podía albergar a 1.500 legionarios. Esperanza Martín dirigió los estudios sobre el recinto. Dos campañas que han sacado a la luz datos esclarecedores. El campamento fue la primera construcción romana en el territorio que actualmente ocupa Asturias. Fue un punto de vigilancia y albergó a una formación militar de envergadura. Los soldados viajaban con artesanos para reparar y mejorar las armas.

Martín no comparte la visión de Camino sobre las ocupaciones. Considera que los yacimientos tuvieron dos fases de gran actividad, pero no quedaron vacíos hasta que los romanos decidieron abandonar la Carisa de forma definitiva. "Creo que entre las dos fases mantuvieron la vigilancia de los recintos", destacó Martín.

Es seguro que cuando abandonaron la Carisa sí derruyeron los dos campamentos. En el caso de L.lagüezos también hay evidencias de una ampliación en el sistema defensivo y de vigilancia. Los expertos consideran que los legionarios llegaron a construir, durante la segunda y última fase de ocupación, una torre para avistar con mayor facilidad a los enemigos que llegaban desde la Meseta. En Curriel.los derruyeron las entradas al campamento, con la intención de que ninguna población pudiera ocupar su fortaleza.