Ex jugador del Real Oviedo

Oviedo, Nacho AZPARREN

La salida de Iván Ania del Oviedo no es una más. La última figura de la cantera del equipo azul en su dorada época de Primera abandona el club con un sabor «agridulce» por no haber logrado el ascenso. Curiosamente, el próximo viernes se cumplirán 15 años del debut del extremo con la camiseta del Oviedo en Primera. Lo hizo en el derbi ante el Sporting, cuando en el minuto 80 sustituyó a Oli. Ahora, con su salida confirmada, Ania hace balance de su carrera.

-Se acaba su ciclo en el Oviedo, ¿se va afectado?

-Me llevo un sabor agridulce. Disfruté de cada entrenamiento y de cada partido, aunque podría haber aportado más. Pero, sobre todo, me voy orgulloso por todo lo vivido en este club.

-¿Qué recuerdos le quedan de aquel 11 de junio de 1995, día de su debut?

-Parece que fue ayer y ya han pasado 15 años... Ese recuerdo nunca se me va a olvidar. Al principio me temblaban las piernas, pero en cuanto toqué el primer balón todo se olvida. La alegría fue doble porque le ganamos al Sporting.

-Tenía 17 años y todo el mundo hablaba de su futuro. ¿Tiene la impresión de que no ha cumplido todas las expectativas?

-Puede ser, pero estoy orgulloso con todo lo que he logrado. He jugado muchos años en Primera División, fui internacional sub-21 y he conseguido ganarme la vida con este deporte.

-Y se va tras disfrutar de un Tartiere en Primera.

-Es el recuerdo más grato de todos. Era una época muy distinta a la actual. En los años de Primera las cosas se veían de otra manera, la gente estaba demasiado acostumbrada a ver al Oviedo en la máxima categoría, ahora hay ansiedad por recuperar el sitio, pero con esta afición seguro que volverá a Primera.

-También fue un fichaje galáctico. El Tenerife pagó casi tres millones de euros por usted.

-En su momento no era consciente de lo que había costado, Me dedicaba a entrenar y a jugar, sin pensar en el dinero que habían gastado por mí. El primer año en Tenerife fue difícil a nivel deportivo y personal. Era la primera vez que salía de casa, en un lugar totalmente distinto a Asturias. Al principio lo pasé mal, pero me acostumbré.

-¿Qué le enseñó su posterior paso por Rayo Vallecano, Nàstic, Cádiz o Lorca?

-Que el fútbol es igual en todos lados, pero no la manera de vivirlo. También he aprendido que un jugador necesita estabilidad para poder rendir, y yo no la he tenido.

-Incluso no se le cayeron los anillos cuando el año pasado jugó con el Covadonga en Tercera.

-Jugué sobre todo por afición, porque no es un club profesional. Estoy muy orgulloso de esa temporada, porque me dio la oportunidad de volver al Oviedo.

-¿Cuál fue el mejor futbolista con el que ha jugado?

-Dubovsky. Con mucha diferencia con el resto.

-¿Y quién fue el entrenador del que usted más ha aprendido?

-Radomir Antic. Ha sido el que mejor rendimiento me supo sacar.

-¿Cómo ve el futuro inmediato del Oviedo?

-El año que viene será complicado. Ya no vale ser segundo, tienes que ser primero. Habrá cambios en la plantilla y todo cambio requiere una adaptación, pero en el mundo del fútbol, por desgracia, la paciencia no existe.

-¿Seguirá jugando?

-Ésa es mi intención, pero he de valorar muchas cosas. Tengo dos niños, uno recién nacido, y el planteamiento cambia.