Oviedo, Antonio LORCA

Adrián López firmó ayer cientos de autógrafos y se hizo decenas de fotos con los chavales que abarrotaban el J. A. A. Rabanal, el campo donde el jugador del Atlético de Madrid dio sus primeros pasos como futbolista. Y es que fue en el Covadonga donde todo empezó para este joven tevergano, ahora convertido en estrella del fútbol.

El ahora jugador internacional llegó al Cova cuando ya era infantil. Antes de eso no había jugado en campo. «Había chavales que llevaban ya cinco o seis años jugando», rememora el internacional. Todo ha cambiado mucho desde entonces, tanto en el club ovetense como en la vida de Adrián, pero el delantero aún se encuentra como en casa cuando cruza la puerta de entrada del Rabanal. En sus tiempos era un campo de tierra y no el de hierba artificial que ahora disfruta un club que también ha sabido progresar y crecer mucho. «Me encantaba jugar en ese campo de arena. No sé por qué, pero disfrutaba mucho jugando en él», rememora el delantero.

Ayer era un día grande para el Cova. No sólo por la presencia de Adrián. El club disputaba el memorial «José Ramón Iglesias, "Moncho"», un torneo para prebenjamines y benjamines. Esta competición lleva el nombre del que fuera director deportivo del club hasta su fallecimiento. Una persona muy querida y admirada por todos los que forman parte del club carbayón y en parte responsable de que Adrián llegara a este equipo. «Yo quería jugar al fútbol y me trajeron aquí por Moncho, porque mi padre lo conocía», explica el jugador.

Tan bien estaba Adrián en el Cova que le costó marchar. Así lo explica Beltrán, presidente ahora y entonces del club ovetense: «Le llegó una oferta del Oviedo y casi le tuvimos que obligar a que la aceptara». Y Adrián lo confirma: «Me costó mucho irme, estaba muy a gusto aquí. Tengo buenísimos recuerdos de los años que pasé en este club. Teníamos muy buen equipo».

Y se ve que Adrián dejó buenos amigos en el Covadonga, porque, sentado en la entrada a vestuarios del Rabanal, fueron llegando amigos con los que se abrazaba efusivamente. Algunos como el jugador de Tercera Jaime. Ni el propio Adrián consiguió sonsacarle si se queda en el Cova o marcha al Avilés.