No hay quinto malo, pensaría Sandoval. Y es que el Sporting consiguió en Valdebebas su primera victoria fuera de casa en su quinta salida de la temporada. Lo hizo además con fases en las que impuso su jerarquía asumiendo el control del juego, y también ayudado por la tempranera expulsión de Jesé, que dejó al Castilla con diez cuando apenas se había jugado un cuarto de hora. Antes, Carmona y Bilic ya habían refrendado la superioridad de los gijoneses con dos goles que pusieron en franquía el triunfo. Sólo el conformismo de los rojiblancos puso el marcador en peligro. Álex recortó diferencias, por dos veces, pero dos latigazos primero de Bilic, que firmó un doblete, y luego de De las Cuevas, reivindicaron la reacción vista ante el Almería.

El partido se puso de cara a los cinco minutos. Fue el tiempo que tardó Trejo en encontrar el primero de los muchos huecos que acabarían por condenar al Castilla. El argentino, un futbolista que ni la rotura de fibras que arrastra en el muslo es capaz de frenar el permanente torrente de fútbol que lleva en sus piernas, mostró el camino a seguir con un pase a la espalda de la zaga blanca que dejó solo a David Rodríguez. Escorado en el carril diestro, el talaverano cruzó en exceso, y su disparo terminó estrellándose en el palo. Un detalle que permitió comprobar que David Rodríguez había abandonado su habitual presencia en la banda izquierda, puesto que intercambió con Carmona. Sandoval incluyó esta variación ante las reducidas dimensiones del Alfredo Di Stéfano, con el objetivo de aprovechar a sus dos extremos a pierna cambiada. La ocasión fue el preludio del primer gol.

La defensa del Castilla volvió a hacer aguas dos minutos después. La jugada, iniciada por Pedro Orfila en banda derecha, encadenó una serie de pases a los que Trejo arrojó luz. Volvió a buscar el desmarque de David Rodríguez, que le ganó la espalda, una vez más, a Casado y centró al área con Bilic como objetivo. Se topó con el inocente despeje de Iván, que dejó el balón muerto para que Carmona, atento al fallo, abriera el marcador de cabeza. El Sporting se creció orquestado por Trejo. Cada posesión del argentino hacía dar dos pasos atrás al rival, intimidado cada vez que le veía levantar la cabeza con la pelota cosida al pie. No tardó en llegar el segundo.

Bilic vio anulado su tercer gol por fuera de juego

Mandi ahondó en la herida de la defensa blanca con un balón entre líneas que acabó regalando Fabinho. El brasileño sintió la presión de Bilic a su espalda y dudó en el despeje. El croata acabó robándole la cartera. Se perfiló desde casi la línea de fondo del carril zurdo, dio un par de pasos para ganar ángulo y batió, por el palo corto, a Mejías. Era el segundo de los rojiblancos en apenas quince minutos, y el Sporting empezó a gustarse. Mucho más cuando Jesé perdió los nervios ante la permanente presión de Gregory, le dio una patada sin balón y dejó a su equipo con diez en el minuto 17 al ver la roja directa. La victoria parecía hecha.

El balón era de los rojiblancos, que empezaron a dejar pasar los minutos aferrados a una posesión que dejó de ser tan incisiva como en el arranque. El Sporting se atragantó con tanto balón y acabó durmiéndose, algo que dio alas al Castilla. Denis había avisado en dos ocasiones y Fabinho acabó por enmendar su error previo. El lateral blanco se plantó solo en el área ayudado por la falta de entendimiento entre Canella y Carmona y envió un duro disparo que Juan Pablo repelió al centro del área. Álex tenía la caña preparada para llegar en carrera y batir a placer al leonés. El Castilla no se rendía.

El descanso no dio tregua. Los locales salieron del túnel de vestuarios enrabietados y prueba de ello fue la clara ocasión que tuvieron para empatar nada más iniciar el segundo tiempo. Juanfran envió atrás un centro que Denis empaló a las nubes cuando sólo tenía la oposición de Juan Pablo. El Sporting le vio las orejas al lobo y volvió a meterse en el partido. Sin enlazar como en el primer tiempo, la pólvora en ataque mostró su superioridad ante la candidez del Castilla. Otra vez Trejo vio el desmarque de David Rodríguez que, generoso, cedió atrás a Bilic para que el croata enviara un misil inapelable para Mejías. Era el minuto 54 y parecía la vuelta a la tranquilidad. Tan sólo duro tres minutos.

Denis volvió a hacer de las suyas, recortó en el área a un apurado Pedro Orfila que veía cómo el ruso ya le había ganado la partida en anteriores ocasiones. Terminó pasándose de frenada y derribándole. Álex se adueño del balón y volvió a exhibir sus galones al lanzar con solvencia una pena máxima que mantenía vivo al Castilla. Sandoval decidió dar oxígeno al equipo para evitar la remontada. Juan Muñiz sustituyó a Carmona y De las Cuevas a David Rodríguez. El regreso del alicantino, que llevaba casi dos meses sin disputar un partido oficial, resultó determinante.

Una nueva jugada con Trejo como punto de origen amenazó a la débil defensa blanca. El argentino se paseó por la frontal hasta encontrar la conexión correcta. De las Cuevas hizo el resto. Se internó entre el central y el lateral zurdo del Castilla para recibir un balón que mandaría a la red para acallar al descarado conjunto blanco. A partir de ahí los de Toril empezaron a bajar los brazos y el partido perdió intensidad. Aun así, hubo tiempo para otro gol. El que materializaría Bilic, al filo de la conclusión, a pase del incombustible Trejo. El árbitro anuló el tanto por fuera de juego inexistente. Los roijblancos sellaron una victoria esperanzadora para creer en las posibilidades de ascenso.