El FC Barcelona, que ha sido recibido a su llegada a Múnich por un nutrido grupo de aficionados españoles y alemanes, nunca ha podido hasta ahora derrotar al FC Bayern a domicilio y el balance de tres visitas a la capital bávara en competiciones europeas es de dos empates y una derrota.

El balance de los partidos contra el Bayern en el Camp Nou también es negativo para el Barcelona, con dos derrotas y una victoria, pese a que ésta, un 4-0 contundente en la Liga de Campeones de 2009, es probablemente el enfrentamiento más recordado.

La primera vez que los dos equipos se vieron las caras fue en la semifinal de la Copa de la UEFA en 1996. En la ida en Múnich el Barcelona logró un empate en Múnich 2-2 con goles de Oscar García y el rumano Georghe Hagi. Los goles del Bayern los marcaron Marcel Witeczek y Mehmet Scholl.

Pese a que ese resultado parecía una buena renta, el Bayern sorprendió al Barcelona en la vuelta en el Camp Nou y se impuso por 1-2 con goles de Markus Babbel y de Witeczek. El gol del Barcelona lo marcó Horacio de la Peña.

En la fase de grupos de la Liga de Campeones en la temporada 1998/1999 el Barcelona perdió en Múnich por 1-0, con gol de Steffan Effenberg. En el Camp Nou, el Bayern repitió la victoria (1-2) con goles de Alexander Zickler y del bosnio Hassan Salihamidzic mientras que el tanto del Barcelona lo hizo el brasileño Giovanni.

El último emparejamiento de los dos equipos se dio en cuartos de final de la Liga de Campeones en 2009. La ida se jugó en el Camp Nou donde el Barcelona pasó por encima del Bayern y liquidó el partido con un 4-0 con dos goles de Lionel Messi, uno del camerunés Samuel Eto'o y otro del francés Thierry Henry.

Se trata de la derrota más alta encajada por el Bayern en su historia en las competiciones europeas. La vuelta en Múnich se saldó con un empate 1-1 con goles de Franck Ribery, para el Bayern, y Keita, para el Barcelona.

El escándalo a destiempo del presidente del Bayern, Uli Hoeness, amenaza con ensombrecer una de las mejores campañas de la historia del club bávaro, justo en la víspera del partido de ida de la semifinal de la Liga de Campeones contra el Barcelona.

El club ha hecho esfuerzos por mantener el tema al margen de la previa del partido de mañana. Antes de la conferencia de prensa oficial, el portavoz del equipo, Markus Hörwick, advirtió que no se aceptarían preguntas sobre el tema Hoeness y el director deportivo, Mathias Sammer, ha asegurado que se trata de un tema que no afecta para nada la preparación del compromiso.

El escándalo estalló durante el fin de semana, curiosamente por una información de la revista "Focus", publicación bastante cercana al Bayern y al propio Hoeness. Hoeness ha admitido que ha presentado una denuncia en contra de si mismo -por una cuenta bancaria que tenía en Suiza- lo que permite en Alemania pagar viejas deudas fiscales librándose de una persecución penal.

Sin embargo, se habla de un allanamiento del domicilio de Hoeness y de una investigación de la fiscalía, lo que hace pensar a muchos expertos que, en opinión del ente acusador, la autodenuncia de Hoennes estaba incompleta.

Hoeness, durante su larga trayectoria como funcionario deportivo -que empezó cuando tuvo que terminar su carrera como jugador por una lesión- ha sido una figura provocadora, que polariza y que se ha convertido en un icono que va más allá del fútbol.

El presidente del Bayern ha reclamado para si, durante décadas, una serie de valores que van desde la efectividad, que nadie le ha discutido nunca, hasta la integridad -que ahora se le cuestiona- así como la generosidad y la lealtad ante los suyos, que ahora empiezan a verse bajo otras luces.

A nadie se le olvida que fue él quien impidió que Christoph Daum se convirtiera en seleccionador alemán, acusándolo de consumo de cocaína, y que durante años ha acusado a otros equipos europeos de no jugar limpio en la parte económica mientras presenta al Bayern como un ejemplo de solidez e integridad.