Dos conclusiones evidentes se extraen del primer amistoso del Sporting. La primera, que Sandoval está decidido a apostar por poblar el centro del campo con tres mediocentros puros que den más control al juego. La segunda, que para sacar provecho de este dominio hace falta más pegada en el área. Ante el Brighton, los rojiblancos dominaron en la primera parte a un rival más rodado, llevan un mes de pretemporada, y efectivo. La segunda, en la que varió todo el equipo inicial, la apuesta fue similar pero con menos orden. El triunfo inglés fue demasiado premio para lo realizado por los de Óscar García Junyent en un municipal de La Albuera que contó con un centenar de aficionados rojiblancos.

Juego fluido y poco remate. El primer tiempo fue para un Sporting al que no le tembló el pulso para sacar el balón jugado y dominó al conjunto inglés sin que esto se trasladara al área. Sandoval apostó por un centro del campo poblado, con Casquero y López Garai como conductores y Sergio Álvarez un pasito por delante. El único pero llegó en el minuto 7, en un fallo defensivo de Bernardo. El colombiano se durmió en la puja de un balón aéreo con Barnes en el balcón del área. El delantero del Brighton no sólo le ganó la posición, controló, se dio la vuelta, y conectó un fuerte disparo con la izquierda ante el que nada pudo hacer Cuéllar.

A partir de este minuto, el conjunto rojiblanco empezó a gustarse. No sólo en el juego, también a balón parado. En apenas una semana, el equipo sacó a la palestra varias acciones de estrategia. En una de ellas, a saque de falta de Carmona, peinada en el segundo palo por Bernardo, Guerrero acabó atragantándose con el balón cuando sólo tenía que empujarla. Siguió el Sporting pisando el área con llegadas de Carmona y Luis Hernández por el carril diestro. El madrileño desperdició su movilidad al espacio con tres centros imposibles de rematar.

El mejor de la primera parte fue un Álex Menéndez sereno con el balón y descarado cuando tocó desbordar. Sus buenas internadas quedaron adornadas con un caño a Delap que levantó los aplausos de la afición rojiblanca en La Albuera. El gijonés avisa a Sandoval que, pase lo que pase con Canella, en casa hay otro lateral izquierdo.

El Sporting llegó al descanso sin ningún remate franco entre los tres palos. Una tónica que varió poco en la reanudación. Sandoval sólo conservó respecto al once inicial a Cuéllar, Bernardo y Hugo Fraile, a los que terminó sustituyendo de manera escalonada. El equipo de la segunda parte contó como novedades con la adaptación de Mandi al centro de la defensa, añadida a la prueba de Mendy en punta de ataque, ambas, ensayadas por Sandoval durante la semana en Segovia. El franco-senegalés fue el más activo de los rojiblancos, pero cuando retornó a su posición natural de extremo, cediendo la delantera al debutante Scepovic. El serbio acusó los escasos dos días de trabajo que lleva con el equipo y apenas gozó de oportunidades.

El primer remate franco entre los tres palos llegó en el minuto 66, en un disparo blando de Nacho Cases con su pierna derecha que atajó sin apuros el meta del Brighton. Antes, Mendy ya había puesto en serios problemas al vitoriano Calderón, con tres internadas llenas de desborde que se apagaron en los metros finales. El equipo actuó más desordenado que en el inicio, con un centro del campo con Bustos, Nacho Cases y Álex Barrera a los que le faltó coordinación a la hora de buscar líneas de pase. La defensa, más lenta que en la primera parte a la hora de achicar espacios, tampoco ayudó. Los rojiblancos acabaron cediendo el control del juego y se encomendaron a las internadas de Mendy y Santi Jara. Llegó entonces el penalti cometido por Ince sobre Álex Barrera. El inglés vio la segunda amarilla, pero terminó sustituido por Chicksoen, fruto de un acuerdo de Sandoval con Óscar García Junyent para mantener la competitividad del ensayo. Nacho Cases asumió la responsabilidad y transformó la pena máxima, con paradinha incluida. El partido parecía caminar al empate.

Sporting y Brighton se repartían el juego sin aparentes llegadas de peligro a pesar de que el ambiente empezó a enrarecerse tras varias duras entradas de los británicos. Sin embargo, el oficio de los ingleses desequilibró el encuentro a falta de tres minutos. Un córner botado desde la banda derecha por March encontró la cabeza de Ulloa en el área pequeña. El argentino superó la tímida salida de Dennis y los marcajes de Erencia y Mandi. Demasiado premio para un rival que sí supo sacar rédito a las ocasiones que dispuso y demostró que sumar su cuarta semana de trabajo otorga cierta ventaja.

El Sporting terminó echando de menos una mejor definición para obtener la justa contraprestación a su juego atrevido. No sólo con el balón, también a la hora de ejercer la presión desde la salida del cuero en el campo rival. Queda casi un mes para afinar un proyecto que en su estreno dejó buenas sensaciones.