Un chaval de Villaviciosa, Javier Cabañín Barturen, en categoría sub-23; otro de Ribadesella, Pelayo Roza Fonticiella, y otro más del concejo de Parres, Pedro Vázquez Llenín, ambos en categoría junior, han hecho historia para Asturias en los Campeonatos del Mundo junior y sub 23 de piragüismo en aguas tranquilas, clausurados ayer en Szeged, al conquistar las medallas de oro en K-4 1.000 metros. Además la gijonesa Sara Ouzande logró plata y el sierense Iñigo Noval, bronce. El futuro del piragüismo asturiano parece más que asegurado en manos de estos grandísimos talentos.

El maliayés Javier Cabañín (Piragüas Villaviciosa-El Gaitero) formando tripulación con el balear Marcus Cooper, el ceutí Juan González y el gallego Rubén Millán demostraron en la "pista" húngara una patente superioridad sobre el resto de rivales, pues dominaron la regata de punta a cabo. El barco español, tres de cuyos integrantes ya fueron campeones del Mundo en categoría junior (Cabañín, Cooper y González), igualmente en K-4 1.000 metros, batió en ésta oportunidad a Rusia y Bielorrusia, plata y bronce, respectivamente.

"Quiero dedicarle ésta medalla de oro a mi abuelo -Tobías Barturén García-, fallecido hace apenas unos meses", manifestó ayer, minutos después de colgarse al cuello el dorado metal el flamante campeón del Mundo sub-23 y "marca" de la embarcación, el asturiano Cabañín. "También se la dedicó a la firma Los Caserinos, de Villaviciosa, por el apoyo que me vienen prestando durante toda la temporada", añadió el joven palista.

El riosellano Pelayo Roza (Sociedad Cultural y Deportiva de Ribadesella), que fue bronce en kayak individual y en la distancia del kilómetro, redondeó su brillante papel en este Mundial con la medalla de oro en K-4 1.000 metros. Ayer, Pelayo, el parragués Pedro Vázquez Llenín, el gallego Cristian Silva y el andaluz Ramón Lecumberri palearon una regata muy inteligente, muy cerca en todo momento de los representantes de Rusia, a los que superaron en los últimos 250 metros.

Los chavales, que entrenan en el Centro de Tecnificación Deportiva de Trasona, a las órdenes del técnico gijonés Ángel López, quisieron tener un recuerdo para una persona que les ayudó mucho como masajista y recuperador, fallecido el pasado 30 de marzo, en su casa de Raíces (Castrillón), de forma repentina: Toni Mallo. "Queremos dedicársela, en nombre de todo el equipo, a Toni Mallo", aseveró Pedro Vázquez, que, igualmente, hizo extensible la dedicatoria de la flamante presea de oro "a Máximo Llamedo Olivera", otrora presidente de la entidad deportiva durante diecisiete años, que murió el 23 de junio.

La junior gijonesa Sara Ouzande Iturralde (Grupo Covadonga) también brilló con luz propia ya que ayer conquistó la medalla de plata en K-1 200 metros, únicamente batida por la danesa Emma Jorgensen, ésta bicampeona del Mundo y campeona de Europa. Sólo 120 milésimas separaron a la grupista del dorado metal. Además, en la final de K-1 500 metros, acabó quinta.

El sierense Iñigo Noval Santamaria (Natación Langreo) formando pareja con el ceutí José Gómez logró la presea de bronce en junior K-2 200 metros, por detrás de los húngaros Márk Balaska y Balázs Birkás, oro, y los rusos Oleg Gusev y Vladislav Blintsov, plata. Esa medalla llegó apenas media hora después de competir Íñigo en la final de K-1 200 metros, en la que hubo de conformarse con la quinta plaza, a 456 milésimas de la medalla de oro.