Tras cumplir escrupulosamente el pacto alcanzado con Javier Fernández hace dos semanas, Fernando Losada e Iñaki Eraña sustanciaron su dimisión al día siguiente del partido ante el Numancia. Ése era el acuerdo. Mantenerse en el puesto hasta que pasasen los dos partidos que el Sporting jugaría en El Molinón de forma consecutiva, para intentar ofrecer una imagen de estabilidad. Esto último no se ha conseguido. La división en el órgano gestor del club es evidente desde hace meses y la salida del sector más crítico con la gestión la pone de manifiesto. Por el momento, no se ha valorado la posibilidad de sustituirlos. El cargo de asesor externo fue una de las novedades que introdujo Javier Fernández desde su entrada en el club, ante la dificultad para encontrar gente dispuesta a asumir la condición de consejero, con las responsabilidades patrimoniales que esto puede conllevar.

El cauce elegido por los asesores externos para ratificar su cese fue distinto. Fernando Losada se encuentro en Sudamérica realizando un viaje de trabajo por lo que dejó escrita una carta con su dimisión que hizo llegar esta mañana a Mareo. Iñaki Eraña acudió a las oficinas del club, donde estaban reunidos el presidente, Antonio Veiga, el vicepresidente, Javier Fernández, y el director general, Alfredo García Amado, y les notificó de palabra su dimisión. Fue una conversación rápida, de apenas quince minutos. Más que suficiente para lo que había ido a decir.

El caso no queda cerrado. Todo apunta a que en los próximos días los asesores pueden ofrecer una rueda de prensa (conjunta o por separado) en la que ofrezcan una explicación pública de los motivos que les han llevado a dejar la entidad. Tanto Losada como Eraña llegaron al club con el objetivo de conseguir ciertos cambios en la gestión que nunca se llevaron a término, ya que no encontraron el respaldo de sus compañeros de consejo.

Su afición a atender a hacer declaraciones públicas fue la brecha que comenzó a separarles de Javier Fernández, quien los había escogido personalmente para el cargo. Hace ya varios meses que el máximo accionista perdió por completo la confianza en ellos y los dejó fuera de su círculo más próximo, el núcleo duro del consejo de administración, donde se tomaban las decisiones.

A pesar de esta evidente división, Javier Fernández intentó en todo momento mantener la confección del consejo de administración para lanzar a los posibles inversores una imagen de estabilidad. La salida de los asesores externos deja el consejo de administración en tres miembros (Antonio Veiga, Javier Fernández y Javier Martínez) y un secretario (Alfredo García Amado).

Las urgencias son evidentes y pasan por completar la venta del club o encontrar financiación externa que traiga la liquidez necesaria para hacer frente a los pagos pendientes a empleados, futbolistas y proveedores. Una situación que está a punto de llevar al club al colapso y que ahora mismo resulta más preocupante incluso que la deuda con Hacienda.