Un año después, al Sporting le señalaron el penalti más caro del mundo. No hay dudas sobre el derribo de David García a Bernardo, pero el precio que pagaron los rojiblancos fue desproporcionado. Un carrusel de tarjetas y de decisiones absurdas, siempre en contra del Sporting. El empate, que llegó en el lanzamiento de una falta inexistente, lo consigue Hernán en una posición manifiesta de fuera de juego, por más que el acta arbitral inculpe a Bernardo. El pie del centrocampista canario emergió, como una aparición siniestra entre la neblina que caía a plomo desde el techo de El Molinón para poner fin a los diez minutos de liderato rojiblanco. La buena noticia, quizá la mejor, es que el Sporting sale de la fase más dura del campeonato tercero, a un punto del líder.

El deslumbrante sol de marzo dejó paso a un tarde fresca, hasta húmeda. Ideal para jugar al fútbol. Una tarde espléndida para alcanzar el liderato. El Sporting fue recibido con honores por una afición entregada, a la que el cuerpo le pide marcha. Estaba el día, para armarla. Salvo por un pequeño detalle. Las Palmas saltó al césped de El Molinón con la confianza del pasado reciente, se adueñó de la pelota y marcó el ritmo del encuentro. Un soniquete canario, de toques en corto y apoyos, que nunca supo bailar el Sporting. Los de Abelardo estuvieron tan incómodos que, a ratos, parecieron incluso desordenados. Las Palmas dio la sensación de tener el partido controlado, mientras que el Sporting latía con los impulsos de su joven corazón.

Eso fue en el primer tiempo. Abelardo aceleró el ritmo cardíaco de sus futbolistas al descanso y el Sporting salió como una moto, decidido a merendarse a los canarios o a quien se pusiera por delante. Se puso López Amaya, árbitro malo donde los haya, gesticulante, protagonista y poco acertado en general. Con eso no hay quien pueda, como no se pudo en Santander, donde ya privó al Sporting de otros dos puntos. Tuvo el partido ese punto de acidez, ese poso amargo de los puntos que se van. Empató Las Palmas cuando mejor jugaba el Sporting, que antes había resistido con orden.

El empate sacia a Las Palmas, pero los rojiblancos querían más

La visita de Las Palmas era el termómetro que debía medir al Sporting de las ausencias. Sale reforzado Alberto, un portero sólido, que mejora con los minutos de competición y que ayer dejó algunas paradas de mérito. También Mandi, compañero de Sergio en el doble pivote, fue a más. Se afianzó en el primer tiempo y creció en el segundo con poderosas arrancadas y pases de centrocampista bueno, dos clamorosos los desaprovechó Ndi. Juan Muñiz buscó su espacio en la derecha, donde puede lucir su guante sin tanta responsabilidad defensiva. También el gijonés mejoró su cotización. Es tan importante en el equipo que incluso se atreve con los lanzamientos de penalti.

El Sporting salió remolón, quiso atropellar a Las Palmas y se vio corriendo a lo loco. Paco Herrera ha armado un equipo con hechuras, que sabe tocar, que maneja el otro fútbol, un equipo que va en serio a pesar de las ausencias de Culio y Jonathan Viera. Sólo la depresión de su goleador Araújo parece frenar a los amarillos. El punto en El Molinón le supo a gloria a Las Palmas.

Alberto fue el protagonista del Sporting en el primer tiempo. Tras el descanso, el equipo desplegó las alas y voló Isma López. El navarro es el gran descubrimiento del año. Desde su posición en el lateral abre defensas en canal, con arrancadas llenas de fuerza y de calidad. Su presencia minimiza el bajón de Jony. El Sporting del segundo tiempo fue mejor equipo. Ganó muchas batallas individuales y atacó con decisión, haciendo trabajar a Casto.

Con ventaja en el marcador, el Sporting no se conformó. No le va en el carácter. Al contrario, buscó el segundo, siguió apretando y dejó espacios atrás. López Amaya no les pasaba una a los rojiblancos y así improvisó una falta más que discutible, que dio paso al polémico empate. El empate sació a Las Palmas, pero al Sporting el cuerpo le pedía más. Hubo algunas llegadas desordenadas, pero ya no se movió el marcador. Un punto ante el líder y el Sporting sigue al acecho.

La buena noticia para el sportinguismo es que su equipo está ahí, a un punto del líder, después de haberse medido a todos sus rivales directos. El Sporting necesita con urgencia volver a sumar de tres, cantar victoria de nuevo y recuperar la sonrisa. Febrero ha sido duro, pero ya casi es primavera.