El gol de Pablo Caballero y el buen trabajo de Abelardo y los guajes abren un horizonte nuevo para el Sporting, que tiene ante sí una oportunidad que no supo aprovechar hace siete años. En pleno éxtasis festivo, entre abrazo y abrazo, Abelardo repite su discurso cada vez que se habla de futuro. "Ahora tenemos que hacerlo bien", repite para que el mensaje vaya calando. Abelardo usa el plural, aunque en realidad quien tiene que acertar es Javier Fernández. La propiedad, que se suele decir.

Hay que acertar. No queda otra. Hay muchas cosas en las que hay que acertar. Lo primero lo más urgente es certificar la continuidad de Abelardo y su cuerpo técnico. El Pitu tiene un año más de contrato y ya dijo bien claro en el Benito Villamarín que quiere seguir en el Sporting. No hay más que hablar.

Durante toda la temporada, se insistió en que el ascenso sacaría al club del atolladero a corto plazo. El aumento de los ingresos por televisión (además de las gestiones vinculadas al Decreto Ley) darían al club la liquidez para abonar la deuda vencida con Hacienda y futbolistas. A finales de 2015 vence un nuevo aplazamiento que habrá que atender. Las primeras declaraciones de Javier Fernández tras el ascenso hablan de mesura y de dar continuidad al proyecto. En ese sentido, son urgentes las renovaciones de Cuéllar y Sergio, dos pilares.

Pero el Sporting necesita algo más y Javier Fernández se ha comprometido a ello. El máximo accionista anunció hace meses un cambio estructural en el club. Para no interferir en la marcha del equipo se citó como fecha de referencia el final de temporada. El cambio más esperado, especialmente por un sector del sportinguismo, es la salida del director general. Alfredo García Amado. Habrá más salidas en algunos de los puestos más significativos del club. También se modificará el consejo de administración. La salida de Antonio Veiga está más que anunciada y a Javier Martínez podría acompañarle.

Javier Fernández tendrá que buscar sustituto y reestructurar la organización del trabajo en el club. Las decisiones claves serán la dirección deportiva y el director general. Quizá el ascenso convierta al Sporting en un club más atractivo para los inversores, que hasta ahora se han mostrado remisos a formalizar ofertas por el Sporting. Lo que es seguro es que ha multiplicado su caché, porque ahora se pone en el escaparate un club de Primera. Salvo que aparece un mirlo blanco, todo apunta a que el máximo accionista seguirá en el club. Ha llegado la hora de tomar decisiones sustanciales en el Sporting. Decisiones encaminadas a consolidar al equipo en la Primera División.

En lo deportivo, más allá de las renovaciones, Javier Fernández dará el timón a Abelardo, que será quien tenga la última palabra sobre cómo gastar el dinero disponible para esta parcela. El objetivo será la permanencia y el gran argumento rojiblanco pasa por el carácter competitivo del equipo de Abelardo. El Sporting ha hecho lo más difícil, conseguir un ascenso inesperado. Se le abre una oportunidad espléndida. Pero lo importante es lo que dice el Pitu: "Ahora tenemos que hacerlo bien".