El Alimerka Oviedo Baloncesto se pega un tiro en Torrelavega (84-83)

El equipo asturiano cae en la prórroga en un partido que tenía ganado a 22 segundos del final

Marc Martí, con el balón, durante el partido ante el Alega Cantabria

Marc Martí, con el balón, durante el partido ante el Alega Cantabria / Ricardo Corpas (GAC)

Antonio Lorca

Antonio Lorca

El Alimerka Oviedo Baloncesto inventa cada día una manera nueva y más inverosímil de perder un partido. La de esta noche en Torrelavega superó a la del domingo en Pumarín ante el Amics Castelló. El OCB ganaba por cinco puntos a 22 segundos del final. A partir de ahí vino el desastre. Primero una muy discutible antideportiva a Mikel Sanz que se transformó en dos tiros libres de Bulic (74-77). Buena defensa del equipo asturiano, balón a Dan Duscak, que recibe una falta. Dos tiros, los yerra los dos, sumando cuatro fallados de manera consecutiva. Triple de Cantrabria y prórroga.

En el tiempo añadido, pasó de todo, con el pabellón de Cantabria entregado, con un OCB que le dio una y otra vez el balón a Duscak, que con el marcador 82-80 falló un nuevo libre (82-81) a 1.28 del final. Defendió bien Oviedo, que anotó por medio de Jose Pérez (82-83). Una rigurosa falta sobre Bulic devuelve la ventaja a Cantabria (84-83) y en la última acción tira Josep, los árbitros en un primer momento se disponen a pitar falta pero, tras un cónclave eterno, deciden dar por finalizado el partido. Polémica, pero sobre todo inexplicable manera de tirar a la basura un partido que se tenía en el bolsillo.

Y eso que el partido en el Vicente Trueba difícilmente pudo empezar peor para el Alimerka Oviedo Baloncesto. Un mate incomprensiblemente fallado por Elisias dio paso a un parcial de 15-0 para el Alega Cantabria en 4.30 minutos de juego. El equipo asturiano salió impreciso, timorato y completamente superado por el ambiente del pabellón de Torrelavega, en el que destacó la presencia unos setenta seguidores del equipo de Oviedo.

Tan solo la entrada en pista de Hugo López, que dio energía al equipo, junto a Dan Duscak, Lobaco y el acierto de Josep Pérez permitieron arreglar un poco el desaguisado. Fueron ellos los que metieron al equipo en el encuentro. Un par de buenas acciones de Stuckman dejaron la desventaja en doce puntos (27-15) al final del primer parcial. La cosa pintaba mal.

Pero todo cambió en el segundo, con un Oviedo Baloncesto mucho más intenso en defensa y, sobre todo, con mucho acierto en el lanzamiento exterior. Entre Josep Pérez, inspiradísimo (acabó la primera parte con 14 puntos), Stuckman y la aportación en defensa de Lobaco y Cosialls, el OCB logró darle la vuelta al marcador a 4.57 minutos para el descanso (36-37), precisamente con un triple de Cosialls.

La cosa se puso intensa en Torrelavega, donde las protestas locales fueron castigadas con técnicas y eso cabreó al respetable. Pero el OCB fue encontrando los lugares en los que hacer daño, haciendo daño por primera vez con Martí bajo los aros y poniendo algo de sentido a un partido que se había jugado hasta entonces a la ruleta rusa. Así, la renta se fue a los cinco puntos a favor de Oviedo (42-47) al descanso. Y pudo haber sido algo más si no fuera por el desperdicio de tiros libres del equipo de Javi Rodríguez.

En la segunda, con un Lobaco espectacular (acabó con 22 puntos) y sin la presencia en pista de Horton, relegado al banquillo por su mala primera mitad, ni de Elisias, que lleva un tiempo en otra galaxia, el equipo, con un buen trabajo colectivo, se fue haciendo dueño de choque, dejándolo prácticamente sentenciado a poco del final.

Pero así es este Alimerka Oviedo. Un equipo capaz de tirar por la borda lo que construye con mucho trabajo. Tampoco tiene fortuna con las decisiones arbitrales (ni con las del comité de competición de la Federación Española de Baloncesto), porque, más allá de si la acción de Josep era o no en tiempo, la antideportiva a Sanz es de juzgado de guardia. Y también fue una acción decisiva.

Tendrá que pelear mucho el Oviedo Baloncesto de aquí a final de temporada. Se ha metido en un buen lío y lo que resta de calendario es muy duro. Toca resetear y empezar a pensar más que en cómo ganar un partido en cómo no perderlo cuando lo tiene en la yema de los dedos.

Suscríbete para seguir leyendo