Miguel Ángel López-Cedrón | Exfutbolista, presidente del Llanera

El "orgulloso" ex de Oviedo y Sporting que construye equipos campeones: "Me gusta tenerlo todo controlado"

"Amadou lo tiene prácticamente hecho con el Sporting; el Avilés también lo quería"

Miguel López Cedrón, en LA NUEVA ESPAÑA.

Miguel López Cedrón, en LA NUEVA ESPAÑA. / Irma Collín

Cuando apuraba su carrera deportiva en el Llanes, Miguel Ángel López-Cedrón (Oviedo, 1978) recibió la llamada de la anterior directiva del Llanera. El equipo estaba en regional y necesitaban ayuda para confeccionar una plantilla potente que pudiera ascender a Tercera. Dicho y hecho: el "orgulloso" exjugador de Oviedo y Sporting cumplió la tarea, accedió a la dirección deportiva del club y, desde hace cinco años, compagina esa labor con la de presidente. Por el camino, ha logrado dos ascensos a Segunda Federación.

-Empezó en la dirección deportiva antes incluso de retirarse.

-Yo estaba en mi último año como jugador en el Llanes, y el Llanera me dijo que el equipo regional no tenía mucho futuro y que si les podía ayudar a hacer la plantilla. Les eché una mano, ascendimos a Tercera, dejé de jugar y ya enlacé con el puesto de director deportivo del Llanera.

-¿Nunca le llamó la atención lo de entrenar?

-Tengo el título, por si algún día me surge el gusanillo, pero de momento no me pica. El entrenador está todo el día en el campo, es un poco ingrato, dependes mucho de los resultados, parece que cuando no ganas da un poco igual el trabajo que hagas. Hacer equipos y que salga bien es muy complicado, pero es más tranquilo, más llevadero.

-¿En qué se parece la forma de vivir el fútbol de un futbolista y la de un director deportivo?

-Es totalmente distinto. Como futbolista lo vives de otra manera, en el día a día tienes bastante más presión. El jugador es el protagonista en el fútbol, su trabajo es completamente diferente al del resto.

-¿De qué le sirve haber sido jugador en su labor actual?

-Te da mucho, aunque haya gente que diga que no hace falta jugar para ser un buen director deportivo o un buen presidente. Sé cómo piensan los futbolistas, sé cuándo un jugador puede estar más comprometido o no, dar más o menos problemas… Cuando hablas con un jugador para ficharlo, aparte de lo deportivo, está lo personal, el entorno, cómo puede comportarse en el vestuario y en el campo. A mí, gracias a que he sido jugador, es mucho más difícil engañarme, entre comillas.

-Empezó como director deportivo, pero, desde 2019, es también presidente. ¿Por qué decidió dar ese paso?

-Me gusta mucho tenerlo todo controlado. Cuando estás, sobre todo, en equipos pequeños, es inevitable que haya roces con los presidentes, porque a veces tienen una visión del fútbol no tan moderna. Por eso me presenté a las elecciones. Fue un gran acierto.

-¿Cómo es su forma de trabajar?

-Me gusta tenerlo todo controlado, desde los equipos de niños pequeños hasta el primer equipo, pero cuento con gente de mi absoluta confianza a la que le doy plena libertad: los entrenadores de fútbol base, por ejemplo, pueden fichar a quien quieran, yo si acaso les ayudo llamando al padre de un jugador si es necesario. En el primer equipo, ponemos sobre la mesa el nombre de equis jugadores, los analizamos, vemos si pueden ir bien o mal… en ese proceso el entrenador tiene mucho peso, lo debatimos los dos, aunque la última decisión luego es mía.

-¿Qué diferencia existe a la hora de captar futbolistas para un club como el Llanera entre estar en Tercera y Segunda Federación?

-El presupuesto no va a subir casi la temporada que viene: no vamos a tener, de repente, mil socios más, el Ayuntamiento ya nos ayuda mucho, los patrocinadores también… Vamos a buscar gente a la que le apetezca seguir creciendo y jugar en Segunda Federación, chicos jóvenes, con ganas, que vengan a un sitio en el que hay poca presión externa. La idea es mantener el núcleo de jugadores actual y hacer cuatro, cinco refuerzos.

-Amadou, Otia, Dominique, Romaric… ¿Por qué han coincidido tantos africanos en el equipo?

Cuando subimos por primera vez a Segunda Federación, le dimos muchas vueltas a cómo hacer un equipo competitivo con un presupuesto bajo. Por nuestro campo (el Pepe Quimarán), que es pequeño, necesitamos jugadores con mucho físico, y decidimos empezar a fichar jugadores de este perfil, y con el tiempo fuimos trayendo más de equipos en los que no estaban destacando mucho. Aquí están muy adaptados al pueblo y dando un rendimiento fantástico.

-¿Qué aprendieron de su anterior experiencia en Segunda Federación?

-Hicimos una muy buena temporada, a pesar de bajar. Llegamos a los 40 puntos, que era el objetivo, pero aun así nos quedamos cortos. Quizá nos volvimos un poco locos fichando jugadores de fuera a los que solo vimos en vídeos. En aquel momento tampoco teníamos una base tan buena de jugadores jóvenes como tenemos ahora, eran más veteranos. Ahora, con los jugadores que tenemos y fichajes de la región, podemos hacerlo bien.

-Fichar jugadores de fuera parece una tentación habitual cuando se asciende de categoría…

-Sí, te vuelves un poco loco, te llegan vídeos de trescientos jugadores y es muy difícil saber quién es bueno y quién no. Te crees que vas a dar con un jugadorazo y… Vamos a fijarnos en jugadores que hayan destacado este año en Tercera y en los de los equipos descendidos de Segunda Federación que encajen en nuestro presupuesto.

-¿Echa de menos jugar?

-Se echa de menos, claro. El que haya sido jugador y no eche de menos jugar es porque no le gusta el fútbol. He vivido grandes momentos, tuve la suerte de jugar en muy buenos equipos.

-Pasó 15 años en el Sporting, entre la cantera y el primer equipo.

-Tuve la suerte de jugar a gran nivel en Segunda División con el Sporting. Es un orgullo haber jugado en los dos grandes de Asturias, tanto en Gijón como en Oviedo la gente me recuerda con mucho cariño.

-¿Cómo recuerda su pasó por el Oviedo?

-Tengo un buen recuerdo. Llegué justo después del ascenso a Segunda B, en 2009. No tuve mucha suerte con las lesiones y no se cumplieron los objetivos, pero recuerdo con mucho cariño al equipo y a la afición. Ahora, afortunadamente, el Oviedo está acercándose adonde merece estar.

-Da la sensación de que antes se vivía con más normalidad que un jugador pasase por Oviedo y Sporting.

-A mí todo eso siempre me dio un poco igual. Yo siempre he dicho que soy sportinguista, pero nadie encontrará que yo haya dicho nunca una mala palabra del Oviedo, al revés, siempre le he deseado lo mejor.

-¿Dónde se ve dentro unos años?

-Me hacen mucho esa pregunta por el éxito que estamos teniendo en el Llanera. A todo el mundo le gusta crecer, pero yo estoy muy a gusto aquí, aunque supongo que ya hemos tocado techo. A lo mejor voy a un club profesional y me veo más limitado en mi toma de decisiones. Si me llega una oferta que me convenza, en la que me dejen aplicar mis ideas, pues quién sabe, a todo el mundo le gusta crecer. Pero a corto plazo me veo en el Llanera, me gustaría seguir por lo menos algún año más porque estoy disfrutando mucho.

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