Oviedo, J. C.

Los Presupuestos Generales del Estado para 2010 suponen «un esfuerzo de austeridad» e incorporan un compromiso de reducción del gasto de la Administración central del Estado del 3,9%, afirmó ayer la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía, Elena Salgado, en su comparecencia tras el Consejo de Ministros. La Ministra destacó que las cuentas públicas para el año próximo se caracterizarán también por el gasto en políticas sociales, la inversión productiva y el mantenimiento de los estímulos económicos hasta tanto no haya recuperación de la actividad y, sobre todo, del empleo -tal y como consensuaron el viernes en Pittsburgh (EE UU) los países integrantes del G-20, ampliado con Holanda y España.

El Ejecutivo -que, a diferencia de lo ocurrido en la elaboración presupuestaria de 2009, no ha considerado necesario esta vez modificar el cuadro de previsiones macroeconómicas- mantiene su previsión de caída del PIB del -3,6% en 2009 y del -0,3% en 2010, aunque diversos organismos internacionales estiman para España retrocesos de la economía superiores en hasta dos puntos respecto al pronóstico oficial del Gobierno de Zapatero.

El Ejecutivo mantiene también una expectativa de tasa de paro del 18,7% sobre la población activa en 2009, del 18,9% en 2010 y del 18,4% en 2011, con lo que el Ejecutivo sigue resistiéndose a los peores presagios, que hablan de tasas superiores al 19% y cercanas al 20%. El Gobierno se aferró, una vez más, al último diagnóstico de la OCDE, según el cual España ya habría acometido, a diferencia de países como Alemania e Italia, la mayor parte de la destrucción de empleo que cabe esperar a causa de la recesión internacional. Para 2009 se prevé una caída del empleo medio del año del 5,9% y del 1,7% en 2010.

Salgado avanzó que, pese al deterioro del déficit público en el último año -y que en buena medida se trata de atajar con el aumento impositivo aprobado ayer-, la deuda pública española, al alza en este momento, seguirá manteniéndose 20 puntos por debajo de la del resto de los países del entorno y de la media de la UE, donde también se está disparando.

Para el caso español, la Ministra anuncia una previsión de deuda pública de la Administración central del 41,7% del PIB en 2009 y del 49,1% en 2010, que, sumadas a los débitos del resto de administraciones públicas españolas, deparará un grado de endeudamiento total del 53,4% en 2009 y del 62,5% en 2010.

El Gobierno prevé para 2010 un déficit del 5,4% para la Administración central (57.248 millones), tres décimas menos que el que se había anunciado inicialmente, y un recorte del gasto del 3,9%, lo que supone un esfuerzo de contención «sin precedentes» en todas las partidas no prioritarias, según Salgado. La previsión de déficit para las comunidades autónomas es del 2,5% y del 0,3% en las locales, mientras que la Seguridad Social arrojará un ligero superávit. Con ello, el déficit público total podría situarse, dijo, en el 8,4%.

De los ingresos adicionales que obtendrá el Gobierno en 2009 por la reforma tributaria (6.500 millones en el primer ejercicio, aunque la previsión es de 10.950 a partir del siguiente), unos 3.000 millones se los quedará la Administración central y el Ejecutivo se ha comprometido a destinarlos íntegramente a reducir déficit. Otros 2.810 millones se transferirán a autonomías y ayuntamientos, lo que arrojará un aumento puramente contable del gasto no financiero. La Ministra señaló que el Gobierno no puede determinar a qué dedicarán las administraciones territoriales esos recursos, pero «lo deseable», dijo, «es que también lo aplicasen a enjugar déficit».

El gasto no financiero de la Administración central alcanzará los 192.736 millones, que, pese a incorporar una reducción del 3,9%, aún quedará por encima del objetivo que había aprobado el Parlamento (185.259).

El gasto en personal crecerá el 2,7%, lo que la Ministra atribuyó de forma determinante a la mayor dotación de personal y de medios en Justicia e Interior, dado que, en general, la oferta pública de empleo se reducirá por segundo año consecutivo, que el incremento retributivo de los funcionarios será sólo del 0,3% y que se congelarán los altos cargos.

Según Salgado, los gastos corrientes sólo crecerán en las partidas correspondientes a la Presidencia de la UE, que España deberá asumir en el primer semestre de 2010; aumentarán los gastos financieros por el servicio de la deuda (intereses) y las transferencias corrientes, que suman el 55% del gasto, se recortarán el 7,2%, en un «esfuerzo», dijo, «de austeridad».