Luxemburgo / Atenas, Agencias

Europa se plantea cambiar de estrategia en la lucha denodada por salir de la crisis. Los ministros de Finanzas de los Veintisiete discutirán hoy cómo poner en marcha un plan de estímulo «limitado» y a cargo de países como Alemania, Suecia o Finlandia, para impulsar el crecimiento y evitar que los duros recortes y ajustes puestos en marcha para frenar la crisis de deuda soberana ahoguen la recuperación. Se trataría de que los países ricos y más solventes tomen medidas públicas que incentiven el gasto y la inversión (demanda interna) para que los más endeudados pudieran aumentar sus exportaciones vendiéndoles sus productos. Es decir, los ricos gastar más y los pobres ahorrar y trabajar.

Este movimiento se interpreta como una cesión de la UE a la presión de Estados Unidos y del Fondo Monetario Internacional (FMI), quienes ya advirtieron en varias ocasiones de que un exceso de austeridad ralentizaría la recuperación económica del conjunto de Europa.

La noticia se conoció en una jornada bursátil en números rojos después de que Grecia anunciase que no sólo no va a cumplir con los objetivos del déficit, sino que seguirá en recesión en 2012 -por cuarto año consecutivo- y que su deuda pública superará el 170% del PIB.

El anuncio y el temor a que el país heleno incumpla los objetivos incluso a medio y largo plazo, castigó especialmente a la banca, que arrastró a las bolsas europeas. Los más castigados fueron los bancos alemanes y los franceses, muy expuestos a la deuda griega. Así, el Ibex-35 retrocedió el 2,26%. Fráncfort fue la que más se dejó, el 2,28%; París cedió el 1,85%; Londres, el 1,03% y la de Milán cedió el 1,31%.

La situación de Grecia, el temor a las enormes consecuencias de su quiebra y el miedo a una nueva recesión han llevado a los ministros de Finanzas de la UE a pactar la revisión del acuerdo adoptado en 2009. En él se establecía que todos los Estados miembros debían retirar las medidas de estímulo adoptadas al principio de la crisis como muy tarde en 2011.

El debate se realiza a propuesta de la Comisión Europea (CE). Su presidente, José Manuel Durão Barroso, afirmó la semana pasada ante la Eurocámara que «no tenemos mucho margen para un nuevo estímulo presupuestario, pero esto no significa que no podamos hacer más para promover el crecimiento».

El comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, pidió ayer a los Estados miembros que compaginen sus medidas de ahorro con reformas estructurales que impulsen el crecimiento futuro. «Es esencial intensificar la consolidación fiscal y tomar decisiones sobre reformas estructurales que impulsen el crecimiento, como Italia y España han estado haciendo recientemente», señaló Rehn a su llegada a la reunión del Eurogrupo, previa a la de ministros de Finanzas de los Veintisiete de hoy.

En este sentido, el Ecofin reiterará que los países que han sido rescatados (Grecia, Portugal e Irlanda) y los que han requerido ayuda del BCE (Italia y España) tienen que aplicar los ajustes exigidos para cumplir los objetivos de reducción del déficit y no tienen ningún margen de maniobra para medidas de estímulo. El resto de países expedientados por déficit excesivo, entre ellos Francia, también deben seguir la senda de la austeridad.

Sólo países como Alemania, Países Bajos o como Suecia, Finlandia o Luxemburgo disponen de cierto margen presupuestario y sus socios les presionarán, especialmente a Berlín, para que lo exploten.

Sin embargo, no se espera que en la reunión se pacte un estímulo potente. De hecho, la UE espera que el debate se desarrolle en la cumbre del G-20 que se celebrará en Cannes los días 2 y 3 de noviembre. Allí se pedirá a los países emergentes que apliquen medidas de estímulo para impulsar el crecimiento de la economía mundial.