Arcelor ha presentado una oferta no vinculante para hacerse con Ilva, principal compañía siderúrgica italiana y propietaria de la planta de Tarento, la mayor de Europa. La multinacional que preside Lakshmi Mittal da así un paso que, de materializarse la operación, conduciría a una reordenación del negocio de Arcelor en el continente europeo, donde las instalaciones asturianas de Gijón y Avilés tienen ahora un relevante protagonismo.
Según trascendió ayer en Italia, la compañía de Mittal es la primera en concretar una oferta formal, si bien su alcance económico y sus detalles se mantienen en reserva. Arcelor se ha movido para esta operación en alianza con la familia Marcegaglia, propietaria de Ilva. El grupo italiano está en una situación crítica por los problemas ambientales del complejo de Tarento y los pleitos multimillonarios que su impacto ha provocado. Hasta el punto de que la empresa está desde 2012 bajo una supervisión especial de la Administración italiana. El Gobierno transalpino tiene un papel clave en las conversaciones para la venta de Ilva, industria que tiene gran calado estratégico para el país. Aporta la mitad de la producción nacional de acero y suministra a buena parte de la potente industria automovilística italiana.
Conforme a los criterios del Gobierno de Matteo Renzi, la compra de la gran siderúrgica de Tarento, situada en el extremo Sur del país y con una posición logística excepcional para atender los mercados europeos y del Norte de África, está supeditada al mantenimiento del empleo y al compromiso de realizar costosas inversiones para reducir drásticamente el impacto ambiental de los hornos altos y de otras instalaciones. Estos últimos desembolsos se han estimado por encima de los 1.000 millones de euros. El esfuerzo que Arcelor debería hacer ha despertado el temor en otras plantas -entre ellas las españolas y las francesas- a que se recorten inversiones en otros negocios de la multinacional.
La oferta de Arcelor es la primera en formalizarse, pero puede haber otras. Al menos otros dos grupos han mostrado interés por el complejo de Tarento: la multinacional india Jindal y la italiana Averdi.
La gran planta siderúrgica italiana tiene 12.000 trabajadores y capacidad para producir más de diez millones de toneladas de acero. Tarento llegó a tener activos ocho hornos altos. En el Sur de la UE, la estrategia de negocio de Arcelor pivota ahora sobre dos centros de producción principales: el español de Asturias y el francés de Marsella.
